Según un reciente estudio elaborado por el Servicio Sismológico Nacional (SSN), México se encuentra entre los países con mayor actividad sísmica de todo el mundo. Esto se debe a su ubicación geográfica en cinco placas tectónicas: Placa del Caribe, Placa del Pacífico, Placa de Norteamérica, Placa la Rivera y Placa de Cocos. En ese sentido, te comparto el reporte oficial de la mencionada entidad con datos claves como la hora exacta, el lugar del epicentro, la profundidad y la magnitud de estos movimientos telúricos desde los estados de Ciudad de México (CDMX), dónde se registran los misteriosos “Microsismos”, Chiapas, Colima, Guerrero, Baja California, Jalisco, Michoacán, entre otros.
En este artículo podrás consultar las indicaciones preventivas que ofrece el gobierno de la flamante presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y el resto de autoridades competentes para estar preparados ante un eventual caso de emergencia. Recuerda conservar la calma al momento del movimiento telúrico y transmite un mensaje de tranquilidad hacia tus amigos y familiares en los momentos claves. Prepara una mochila de emergencia con alimentos, ropa y un botiquín de primeros auxilios.
Consulta el reporte oficial del Servicio Sismológico Nacional sobre los últimos temblores en México confirmados hoy, lunes 14 de octubre, desde los estados de Chiapas, Colima, Guerrero, Oaxaca, entre otros. Estos datos que mostraremos a continuación son corroborados por el Centro de Instrumentación y Registros Sísmico (CIRES), Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) y el sistema de alerta sísmica SASMEX.
Un sismo contiene ambos tipos de movimiento en todo momento. Las ondas sísmicas se propagan en todas direcciones, provocando el movimiento del suelo tanto en forma horizontal como vertical. En los lugares cercanos al epicentro, la componente vertical del movimiento es mayor que las horizontales y se dice que el movimiento es trepidatorio. Sin embargo, al ir viajando, las componentes de las ondas sísmicas se atenuan y al llegar a un suelo blando, como el de la Ciudad de México, las componentes horizontales se amplifican y se dice que el movimiento es oscilatorio.
Los sismos no se pueden predecir ni con los desarrollos científicos más actuales. Hasta el día de hoy NINGUNA institución o persona es capaz de predecir la hora, fecha, lugar y magnitud de un futuro sismo. Por ello, si escuchas el rumor de un futuro sismo atiende las siguientes recomendaciones y consulta fuentes oficiales y especializadas.
El terreno, ante el paso de las ondas sísmicas, no se mueve exclusivamente en dirección horizontal (oscilatorio) o vertical (trepidatorio) sino más bien de una manera compleja por lo que dichos términos no son adecuados para caracterizar el movimiento del terreno.
Ante los sismos que se han registrado en las últimas semanas en México, es importante realizar acciones de saneamiento en la casa, escuela, comunidad y trabajo para evitar alguna enfermedad:
El Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX) tiene difusión de aviso de alerta en las ciudades más vulnerables a sismos como Oaxaca, Toluca, Morelia, Cuernavaca, Chilapancingo, Acapulco, Puebla, Colima y Ciudad de México (CDMX).
Si te encuentras en una estación del Metro al momento de un sismo, lo más seguro es permanecer en el lugar y seguir las indicaciones del personal. Evita correr o empujar y ubica las zonas señalizadas para resguardarte. Si estás a bordo de un tren, el conductor detendrá la marcha y te pedirá que permanezcas en tu asiento. Una vez que pase el sismo, el personal del Metro evaluará la situación y reanudará el servicio de forma segura. Recuerda que la prevención es clave, por lo que es importante conocer las rutas de evacuación y las medidas de seguridad en cada estación.
Ante la activación de la alerta sísmica, el Sistema de Transporte Colectivo Metro de la Ciudad de México cuenta con un protocolo de seguridad riguroso para proteger a sus usuarios y trabajadores. Al escuchar la alerta, el área de Protección Civil, coordinada por la Gerencia de Seguridad Institucional, implementa de inmediato el Plan de Emergencia de Sismo. Los Puestos Centrales de Control y los Puestos de Control de Línea detendrán la circulación de los trenes, cortarán la corriente eléctrica y realizarán una inspección exhaustiva de las vías e instalaciones. Es importante destacar que la infraestructura del Metro está diseñada para resistir sismos y las estaciones no se evacuan, convirtiéndolas en zonas seguras.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) reportó los siguientes sismos en México hoy, lunes 14 de octubre de 2024:
El epicentro viene a ser el punto situado sobre la superficie terrestre, pero en línea vertical del hipocentro, en donde el movimiento sísmico se registra con mayor intensidad y violencia.
El hipocentro es el lugar en donde se origina el movimiento, es decir, en donde tiene lugar el rozamiento de los materiales que descienden por allí, o se produce el deslizamiento de las rocas que ocasionan las vibraciones. Está situado a varios kilómetros de profundidad de la superficie terrestre.
1. Conoce tu zona de riesgo. Investiga y cerciórate el nivel de sismicidad de tu ubicación, así como posible potenciadores de daño como riscos, deslaves, mantos fluviales, entre otros.
2. Prepara una mochila de emergencia. Principalmente debe estar a la mano y contener:
3. Asegura tu patrimonio. Para contar con acompañamiento especializado en caso de un evento cubierto. Es importante que revises que tu póliza cuente con coberturas de terremotos, así como vigencia.
Dependiendo de su intensidad, los terremotos o sismos pueden provocar diversas consecuencias en la naturaleza y para la vida humana. Entre ellas, podemos mencionar:
Se denomina sismo artificial aquel que es producido por el hombre mediante la detonación de material explosivo en el interior de la tierra. Por lo general, son sismos de baja intensidad, inducidos para realizar estudios en el subsuelo, y para buscar hidrocarburos o minerales, entre otras cosas.
No es tan sencillo. No existe una magnitud por encima de la cual se produzcan daños. Depende de otras variables, como la distancia del terremoto, el tipo de suelo sobre el que se encuentra, la construcción del edificio, etc. Dicho esto, los daños no suelen producirse hasta que la magnitud del terremoto supera los 4 o 5.
Los sismos precursores son terremotos que preceden a terremotos más grandes en la misma ubicación. Un terremoto no puede identificarse como sismo precursor hasta que se produzca un terremoto más grande en la misma zona.
Las réplicas son terremotos más pequeños que ocurren en la misma zona general durante los días o años posteriores a un evento más grande o "sismo principal". Ocurren a una distancia de 1 a 2 longitudes de falla y durante el período de tiempo anterior a que se haya recuperado el nivel de sismicidad de fondo. Como regla general, las réplicas representan reajustes menores a lo largo de la porción de una falla que se deslizó en el momento del sismo principal. La frecuencia de estas réplicas disminuye con el tiempo. Históricamente, los terremotos profundos (>30 km) tienen muchas menos probabilidades de ser seguidos por réplicas que los terremotos superficiales.
Los terremotos se producen en la corteza o manto superior, que se extiende desde la superficie de la Tierra hasta unos 800 kilómetros de profundidad (unas 500 millas). La fuerza de la vibración de un terremoto disminuye a medida que aumenta la distancia desde la fuente del terremoto, por lo que la fuerza de la vibración en la superficie de un terremoto que se produce a 500 kilómetros de profundidad es considerablemente menor que si el mismo terremoto hubiera ocurrido a 20 kilómetros de profundidad.
Las réplicas son una secuencia de terremotos que ocurren después de un terremoto principal más grande en una falla. Las réplicas ocurren cerca de la zona de falla donde ocurrió la ruptura del terremoto principal y son parte del "proceso de reajuste" después del deslizamiento principal en la falla. Las réplicas se vuelven menos frecuentes con el tiempo, aunque pueden continuar durante días, semanas, meses o incluso años en el caso de un terremoto principal muy grande.
Por otra parte, un enjambre es una secuencia de terremotos, en su mayoría pequeños, sin un sismo principal identificable. Los enjambres suelen ser de corta duración, pero pueden continuar durante días, semanas o, a veces, incluso meses. Suelen repetirse en los mismos lugares. La mayoría de los enjambres están asociados con la actividad geotérmica.
Los sismos suelen durar unos pocos segundos. A pesar de eso, muchas veces son muy destructivos. Los sismos de mayor duración pueden alcanzar los 120 segundos. Su duración depende de la cantidad de energía liberada y de la ubicación en la que se produzca el sismo.
La sismología es la rama de la geofísica que estudia las ondas sísmicas que producen los terremotos. El estudio y conocimiento de las ondas sísmicas permite investigar las causas, distribución y efectos de los terremotos. Aunque todavía no se los puede predecir con demasiada anticipación, la sismología ha avanzado sobre estimaciones de probabilidad de ocurrencia de terremotos en determinadas regiones.
Cuando un sismo ocurre, la información preliminar disponible durante los primeros minutos siguientes al evento se obtiene a partir de un grupo pequeño de estaciones de la red de observatorios sismológicos que se encuentran distribuidos en todo el territorio Nacional. Este procedimiento se lleva a cabo con el propósito de obtener información sobre el evento lo más pronto posible, sobre todo si se trata de un sismo de magnitud considerable. Como resultado, la magnitud preliminar se basa en el cálculo de datos procedentes de un número reducido de datos. A medida que se encuentra disponible información adicional y ésta es procesada, la magnitud del evento se recalcula y se actualiza continuamente. Algunas veces la magnitud varía ligeramente del primer valor reportado debido a este ajuste.
Al propagarse la ondas sísmicas provocan el movimiento del suelo por donde pasan. Para registrar estos movimientos se utilizan equipos denominados sismógrafos o acelerógrafos, cuyo principio de operación, basado en la inercia de los cuerpos, consiste de una masa suspendida por un resorte que le permite permanecer en reposo por algunos instantes con respecto al movimiento del suelo. Si se sujeta a la masa suspendida un lápiz que pueda pintar en un papel pegado sobre un cilindro que gira a velocidad constante, se obtiene así un registro del movimiento del suelo o sismograma.
Los sismógrafos modernos utilizan este mismo principio de operación, solo que para su implementación utilizan componentes mecánicos y electrónicos para obtener una señal eléctrica proporcional al movimiento del suelo, la cual puede almacenarse en forma local o ser transmitida por algún medio de comunicación (teléfono, radio, satélite) hasta un centro de adquisición.
Baja California es una región sísmicamente activa debido al constante movimiento de las placas tectónicas que separan la península del continente norteamericano a lo largo del sistema de fallas de San Andrés-Golfo de California. Esta zona experimenta un promedio de 18 sismos al año, con magnitudes que van desde 2.9 hasta 7.0, aunque la mayoría son de baja intensidad. La alta frecuencia de sismos en esta región se atribuye a la compleja interacción de fallas geológicas y a la continua actividad tectónica, lo que convierte a Baja California en una zona de estudio clave para comprender los procesos sísmicos y su impacto en las comunidades costeras.
La subducción de la Placa de Cocos bajo la Placa de Norteamérica genera una intensa actividad sísmica en Oaxaca. Este proceso, conocido como zona de subducción, es uno de los principales responsables de los terremotos que se registran en el mencionado estado y en el resto de México. La fricción entre las placas libera energía en forma de ondas sísmicas, que pueden ser de gran magnitud y causar daños considerables.
Chiapas se encuentra cerca de la Fosa Mesoamericana , donde la Placa de Cocos se sumerge debajo de la Placa de América del Norte. Este proceso de subducción genera una inmensa presión y fricción, lo que lleva a frecuentes liberaciones de sismos.
Existen temblores en el estado debido a su ubicación geográfica en la Placa de Cocos, Placa Americana y las fallas activas de Polochic y Motagua, que pertenecen a la Placa del Caribe. En esta parte de México se han registrado sismos de gran magnitud como el del 19 de abril de 1902 que alcanzó los 7.5 grados o el del 23 de septiembre de 1902 que registró 7.7. Un estudio del CENAPRED en 2005 sostiene que un terremoto fuerte en Chiapas puede ocasionar un tsunami en el futuro.
El silencio sísmico es un periodo prolongado de inactividad sísmica en una zona de alta actividad tectónica. Esta aparente calma sismológica puede indicar una acumulación significativa de energía en las placas tectónicas, lo que aumenta el riesgo de futuros terremotos de gran magnitud. Fenómenos como los sismos lentos, liberaciones graduales de energía que pueden pasar desapercibidas, están siendo estudiados para comprender mejor la relación entre estos eventos y los grandes sismos. Investigar el silencio sísmico es crucial para desarrollar sistemas de alerta temprana y planes de mitigación de riesgos en regiones sísmicamente activas como México, Perú y Japón, entre otros.
Reporte de sismicidad correspondiente al 2024-10-12 que incluye todos los sismos localizados de magnitud menor de 4.0, según el Servicio Sismológico Nacional (SSN):
Un Tsunami son olas de varios metros de altura producidas por un sismo cuyo hipocentro tiene lugar bajo el océano. Estos sismos hacen que el suelo marino se desplace en forma vertical, lo que genera un desplazamiento violento del volumen de agua que se encuentra por encima de éste.
Por el contrario, los temblores de baja magnitud y los que producen desplazamientos de tipo horizontal en el piso oceánico no generan tsunamis.
Se han observado variaciones electromagnéticas después de los terremotos, pero a pesar de décadas de trabajo, no hay evidencia convincente de precursores electromagnéticos de los terremotos. Vale la pena reconocer que a los geofísicos les encantaría demostrar la realidad de dichos precursores, ¡especialmente si pudieran usarse para predecir terremotos de manera confiable! Obtenga más información: Programa de geomagnetismo del USGS.
La mayoría de los terremotos y erupciones volcánicas ocurren a lo largo de los límites entre placas, como el límite entre la placa del Pacífico y la placa norteamericana. Uno de los límites de placas más activos donde los terremotos y las erupciones son frecuentes, por ejemplo, es alrededor de la enorme placa del Pacífico, comúnmente conocida como el Cinturón de Fuego del Pacífico.
El sistema de alerta sísmica emite avisos en el Valle de México cuando una serie de estaciones censoras localizadas a lo largo de la costa de Guerrero confirman la ocurrencia de un sismo de gran magnitud en esta zona. La utilidad del SAS radica en el principio que la velocidad de propagación de las ondas de radio (por medio de las cuales se transmite la alerta) es mayor a la velocidad de propagación de las ondas sísmicas. El aviso anticipado del inicio del sismo que ocurre en la costa de Guerrero a su arribo al Valle de México y Toluca es de aproximadamente 60 segundos, tiempo suficiente para llevar a cabo medidas que reduzcan la posibilidad de que se genere un desastre considerable.
El SASMEX se encuentra a cargo del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico A.C. (CIRES). Más información en: www.cires.org.mx
La primera referencia que tenemos de un comportamiento animal inusual antes de un terremoto importante es de Grecia en el año 373 a. C. Se dice que ratas, comadrejas, serpientes y ciempiés abandonaron sus hogares y se dirigieron a un lugar seguro varios días antes de un terremoto destructivo. Abundan las pruebas anecdóticas de animales, peces, aves, reptiles e insectos que exhibieron un comportamiento extraño en cualquier momento, desde semanas hasta segundos antes de un terremoto destructivo.
Las grietas superficiales pueden formarse durante deslizamientos de tierra provocados por terremotos, deslizamientos laterales u otros tipos de fallas del terreno, pero las fallas no se abren durante un terremoto. Un terremoto ocurre cuando dos bloques de la corteza terrestre se deslizan uno sobre el otro después de haber estado pegados en un lugar durante mucho tiempo, debido a la fricción en la falla, mientras que el resto de la corteza que se aleja de los bordes se ha estado moviendo lentamente. Si una falla pudiera abrirse, no ocurriría ningún terremoto en primer lugar porque no habría fricción que uniera los dos bloques.
Son escalas para medir el tamaño o el impacto de un temblor. La escala de magnitud se obtiene de forma numérica a partir de registros obtenidos por sismógrafos y está relacionada con el tamaño y la energía liberada durante un temblor. La escala de intensidad se asigna en función a los daños o efectos causados al hombre y sus construcciones.
La magnitud de un temblor está relacionada con la energía liberada en forma de ondas sísmicas que se propagan a través del interior de la Tierra. Para calcular esta energía y determinar la magnitud de un temblor se realizan cálculos matemáticos basados en los registros obtenidos por los sismógrafos de diferentes estaciones. En estos registros o sismogramas se miden algunas características de las ondas y la distancia a la que se encuentra la estación del epicentro. Estos valores son introducidos a una fórmula, obteniendo así la magnitud.
Existen diferentes formas de medir la magnitud, esto quiere decir que existen diversas fórmulas matemáticas para calcularla. De hecho, actualmente ya no se usa la escala de Richter original, la cual es algo antigua y en su momento se hizo para ser utilizada con un tipo de sismómetro que ya no se usa y en otra región geográfica diferente a México.
Las magnitudes que usamos ahora son: La magnitud de coda Mc, la magnitud de energía Me, la magnitud de momento sísmico Mw, entre otras. Cada una de estas formas de calcular la magnitud tiene sus ventajas y sus limitaciones. Algunas son más rápidas de calcular pero menos precisas, otras son más precisas pero su cálculo necesita más tiempo; unas son más confiables para sismos pequeños, otras para sismos grandes. Esta es una de las razones por la cual, para algunos sismos, la magnitud preliminar -la primera que se reporta- a veces se cambia un tiempo después, cuando ya se pudieron realizar cálculos más precisos.
El "Anillo de Fuego", también llamado cinturón circumpacífico, es la zona de terremotos que rodea el océano Pacífico: alrededor del 90% de los terremotos del mundo ocurren allí. La siguiente región más sísmica (5-6% de los terremotos) es el cinturón alpino (se extiende desde la región mediterránea hacia el este a través de Turquía, Irán y el norte de la India).
Existen 3 tipos de límites de placas, dependiendo de cómo se mueven las placas entre sí:
Datos preliminares del sismo en Guerrero:
Datos preliminares del sismo en Guerrero:
Un sismo contiene ambos tipos de movimiento en todo momento. Las ondas sísmicas se propagan en todas direcciones, provocando el movimiento del suelo tanto en forma horizontal como vertical. En los lugares cercanos al epicentro, la componente vertical del movimiento es mayor que las horizontales y se dice que el movimiento es trepidatorio. Sin embargo, al ir viajando, las componentes de las ondas sísmicas se atenuan y al llegar a un suelo blando, como el de la Ciudad de México, las componentes horizontales se amplifican y se dice que el movimiento es oscilatorio.
Hasta hoy, no existe una técnica que permita predecir los sismos. Ni los países como Estados Unidos y Japón cuya tecnología es muy avanzada, han sido capaces de desarrollar una técnica predictiva de temblores. Dado que vivimos en un país con gran actividad sísmica la única certeza que tenemos es que tiembla constantemente y que debemos estar preparados. Ante cualquier evento sísmico lo único que nos puede ayudar es la prevención.
La mayoría de los temblores en la CDMX son consecuencia de sismos en otros estados de la República, principalmente en las costas del Pacífico, sin embargo, la capital mexicana también puede ser el epicentro. Esto se debe a pequeñas fallas activas que atraviesan nuestra hermosa capital.
Entre el 1 de enero de 1990 y el 8 de septiembre de 2017 se registraron en México más de 86.000 sismos de diferentes magnitudes. Cada día hay unos 15 sismos inferior a los 2 grados, según estadísticas del Servicio Sismológico Nacional.
Desde hace dos décadas ha habido un aumento paulatino en la cantidad de sismos en territorio mexicano.
Pero aunque se pasó de 796 sismos registrados en 1990 —la mayoría de ellos con magnitud entre 4 y 4,9— a 15.281 sismos en 2016 —la mayoría de ellos con una magnitud promedio de entre 3 y 3,9— Espíndola dice que no hay por qué alarmarse, pues se trata una mejoría en los sistemas de medición.
Cuando hablamos de duración de un sismo nos podemos referir a varios conceptos diferentes: Una es la duración del movimiento percibida por el ser humano, otra la duración del registro instrumental (puede ser incluso de varios minutos) y otro es el tiempo que duró el movimiento de la falla que originó el sismo (que puede ser de unos cuantos segundos).
Los sismómetros son instrumentos altamente sensibles al movimiento del suelo, esto les permite detectar con suma precisión el instante mismo del inicio de un sismo, así como su terminación. El ser humano a diferencia del sismómetro, no tiene una percepción tan desarrollada en este sentido, en general sólo es capaz de percibir la parte más intensa del movimiento provocado por un sismo. Esto quiere decir que si ponemos juntos a una persona y a un sismómetro a medir la duración de un sismo, la persona reportará un tiempo de movimiento bastante menor al que reportará el sismómetro, debido a que la persona sólo siente la parte más intensa del movimiento del suelo, mientras que el sismómetro percibe hasta el movimiento más insignificante que se da justamente cuando el sismo se inicia y cuando termina. La diferencia entre lo que sienten las personas y lo que reporta el instrumento es considerable.
Por otro lado, la duración de un sismo tanto instrumental como la percepción humana varía de un lugar a otro, y no es un valor fijo. Cuando ocurre un sismo, las personas que viven en diferentes lugares no perciben la misma duración y aún aquellas que están en un mismo sitio pueden experimentan tiempos diferentes. Existen tres factores principales que intervienen en la duración del movimiento: La distancia al epicentro, el tipo de terreno y el tipo de construcción en donde nos encontremos en ese momento.
Desde 1900 en el país se han registrado 83 sismos mayores de 7.0 de magnitud, cuatro de ellos han sido mayores o iguales a 8.0 de magnitud. La Figura 5 muestra los sismos más importantes en el centro-sur del país. Los sismos más grandes, ambos de 8.2 de magnitud, sucedieron el 3 de junio de 1932 en las costas de Colima y Jalisco, y el 7 de septiembre de 2017 en el Golfo de Tehuantepec. El primero fue un sismo de subducción y ocurrió en el contacto de las placas de Rivera y Norteamérica; el segundo fue un sismo intraplaca en la de Cocos.
Por su parte, la Ciudad de México ha experimentado dos sismos que causaron grandes daños y un número considerable de pérdidas humanas; por casualidad, ambos ocurrieron un 19 de septiembre. El primero fue en 1985, tuvo una magnitud de 8.1 y fue de subducción, entre las placas de Cocos y Norteamérica. El segundo ocurrió en 2017, tuvo un magnitud de 7.1 y fue un sismo intraplaca, en la de Cocos.
El gran mérito del Dr. Charles F. Richter (del California Institute for Technology, 1935) consiste en asociar la magnitud del Terremoto con la "amplitud" de la onda sísmica, lo que redunda en propagación del movimiento en un área determinada. El análisis de esta onda (llamada "S") en un tiempo de 20 segundos en un registro sismográfico, sirvió como referencia de "calibración" de la escala. Teóricamente en esta escala pueden darse sismos de intensidad negativa, lo que corresponderá a leves movimientos de baja liberación de energía.
El punto de origen de un sismo se conoce como hipocentro, fuente o foco, y siempre se encuentra a cierta profundidad con respecto a la superficie de la Tierra; en cambio, el epicentro es el punto en la superficie sobre el que se proyecta el hipocentro.
Se conoce como maremoto o tsunami al efecto de la transmisión de las ondas sísmicas de un temblor al agua de los océanos, produciendo una retirada inicial y luego una ola gigantesca que puede recorrer varios kilómetros y estrellarse en la costa, dependiendo de cuánta sea la energía liberada por el terremoto inicial. Es uno de los efectos más temidos y devastadores de los temblores, y la “alerta de tsunami” suele ser posterior al fin de los grandes sismos.
Representa la energía sísmica liberada en cada terremoto y se basa en el registro sismográfico. Es una escala que crece en forma potencial o semilogarítmica, de manera que cada punto de aumento puede significar un aumento de energía diez o más veces mayor. Una magnitud 4 no es el doble de 2, sino que 100 veces mayor.
(NOTA: Esta escala es "abierta", de modo que no hay un límite máximo teórico)
Se realiza a través de un instrumento llamado sismógrafo, el que registra en un papel la vibración de la Tierra producida por el sismo (sismograma). Nos informa la magnitud y la duración.
Este instrumento registra dos tipos de ondas: las superficiales, que viajan a través de la superficie terrestre y que producen la mayor vibración de ésta ( y probablemente el mayor daño) y las centrales o corporales, que viajan a través de la Tierra desde su profundidad.
Un terremoto es el movimiento brusco de la Tierra (con mayúsculas, ya que nos referimos al planeta), causado por la brusca liberación de energía acumulada durante un largo tiempo. La corteza de la Tierra está conformada por una docena de placas de aproximadamente 70 km de grosor, cada una con diferentes características físicas y químicas. Estas placas ("tectónicas") se están acomodando en un proceso que lleva millones de años y han ido dando la forma que hoy conocemos a la superficie de nuestro planeta, originando los continentes y los relieves geográficos en un proceso que está lejos de completarse.
Habitualmente estos movimientos son lentos e imperceptibles, pero en algunos casos estas placas chocan entre sí como gigantescos témpanos de tierra sobre un océano de magma presente en las profundidades de la Tierra, impidiendo su desplazamiento. Entonces una placa comienza a desplazarse sobre o bajo la otra originando lentos cambios en la topografía. Pero si el desplazamiento es dificultado comienza a acumularse una energía de tensión que en algún momento se liberará y una de las placas se moverá bruscamente contra la otra rompiéndola y liberándose entonces una cantidad variable de energía que origina el Terremoto.
Los enjambres o secuencias sísmicas (o sea la ocurrencia de un conjunto de temblores en un área específica durante un periodo de tiempo relativamente corto) ocurren con frecuencia en la región de Puerto Rico y las Islas Vírgenes. Instrumentos sofisticados establecidos en años recientes permiten detectar esta actividad sísmica de menor intensidad en la zona. Por lo general, un temblor principal de mayor magnitud puede iniciar un enjambre sísmico en alguna zona, y los temblores que le siguen no son mayores de magnitud al inicial. Los científicos desconocen las causas de estos enjambres y si estos son precursores de otros eventos más fuertes.
Las réplicas son sismos de menor magnitud que ocurren después que se produce un terremoto grande en la cercanía de la zona de ruptura asociada al sismo principal. En algunas ocasiones las réplicas pueden ser similares de magnitud al terremoto original y ocasionar daños adicionales. Algunas series de réplicas duran largo tiempo, incluso superan el lapso de un año, como ocurrió en Puerto Rico después de los temblores del 1867 y 1918.
Durante un terremoto, la energía es liberada en forma de ondas, que viajan desde el punto del origen del terremoto, o sea el hipocentro, y se expanden a través del interior de la Tierra o se proyectan hacia la superficie terrestre. Estas ondas de energía surgen por el súbito rompimiento o división en las rocas de la fallas geológicas, o por fuentes no-naturales como una explosión. Esta energía es registrada por instrumentos como los sismógrafos. Las vibraciones de un temblor por estas ondas se pueden sentir por alrededor de 30 segundos-2 minutos, a pesar de que . No todas las ondas sísmicas son iguales. Hay varios tipos, y cada tipo de onda sísmica tiene un movimiento único. Los dos tipos principales de ondas sísmicas son: las ondas de cuerpo (ondas P y S), y las ondas superficiales (ondas R y L).
Una falla geológica es una fractura en la corteza de la Tierra que separa dos masas de roca, y donde una de las masas de roca se ha desplazado con respecto a la otra. La mayor concentración de fallas están ubicadas en los bordes de las placas tectónicas. Aunque no es común, también hay algunas fallas activas en medio de las placas tectónicas.
Casi el 80 por ciento de los seísmos del planeta ocurren en las costas del océano Pacífico, un área que también recibe el nombre de «Anillo de Fuego» por la gran actividad volcánica que presenta. La mayoría de los terremotos ocurren en zonas sísmicas o fallas geológicas, donde las placas tectónicas (gigantes placas rocosas que conforman la corteza superior del globo terráqueo) colisionan o se rozan entre sí.
Durante el temblor:
Después del temblor:
No, no se puede predecir un terremoto en México con certeza. Sin embargo, hay métodos que pueden ayudar a estimar la probabilidad de que ocurra un terremoto en un área determinada.
Uno de estos métodos es el análisis de la actividad sísmica histórica. Al estudiar los patrones de actividad sísmica en una región, los científicos pueden determinar las áreas que son más propensas a los terremotos.
Otro método es el uso de modelos numéricos. Estos modelos pueden simular el movimiento de las placas tectónicas y ayudar a predecir los lugares donde es más probable que ocurran terremotos.
En México, el Servicio Sismológico Nacional (SSN) utiliza una combinación de estos métodos para estimar la probabilidad de terremotos. El SSN emite boletines de alerta sísmica que proporcionan información sobre la probabilidad de terremotos en diferentes áreas del país.
Sin embargo, es importante señalar que estos boletines de alerta sísmica no son una garantía de que ocurrirá un terremoto. Son simplemente una herramienta que puede ayudar a las personas a estar preparadas para un posible terremoto.
En caso de sismo en México, los números de emergencia a los que se puede llamar son:
Es importante señalar que, en caso de un sismo, las líneas telefónicas pueden saturarse. Por lo tanto, es recomendable utilizar las líneas de emergencia solo en caso de emergencia real.
Entre las funciones del SSN se encuentran:
El Servicio Sismológico Nacional (SSN) es una dependencia del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Su misión es establecer y mantener una red de monitoreo de sismos en el país, que opere con altos estándares de calidad y de manera continua.
El SSN fue fundado el 5 de septiembre de 1910, y es el organismo encargado de recopilar, analizar y difundir información sobre la actividad sísmica en México. La red de monitoreo del SSN consta de más de 300 estaciones sismológicas ubicadas en todo el país. Estas estaciones registran los movimientos del suelo y envían la información al centro de procesamiento del SSN, ubicado en la Ciudad de México.
El SSN utiliza la información de su red de monitoreo para generar reportes sobre la actividad sísmica en México. Estos reportes incluyen la magnitud, la ubicación y el tiempo del sismo, así como su intensidad. El SSN también emite alertas sísmicas, que son señales de advertencia que se envían a los teléfonos celulares de los usuarios registrados.
El SSN es una herramienta fundamental para la prevención y mitigación de los desastres sísmicos en México. La información que proporciona el SSN ayuda a las autoridades a tomar medidas para proteger a la población de los efectos de los sismos.
¡Bienvenidos! Buenos días a todo el pueblo mexicano. En este artículo te compartiremos el reporte oficial de los últimos temblores registrados en México, según los datos oficiales del Servicio Sismológico Nacional (SSN), en los principales estado del país que presentan actividad sísmica como Ciudad de México (CDMX), Oaxaca, Guerrero, Baja California, Jalisco, Colima, Michoacán, Chiapas, entre otros.
En este mapa del Cenapred podemos apreciar a los estados de México que están expuestos a fuertes temblores en tres niveles de riesgo de sismicidad: bajo, medio y alto.
Listas de estados con más registros sísmicos en México:
Si en caso sentiste un fuerte sismo, sobre todo, en Ciudad de México (CDMX) y no recibiste algún mensaje de alerta en tu móvil esto puede tratarse de los llamados “microsismos”, temblores de baja intensidad que no superan las magnitudes de 3 grados y que son casi imperceptible en la Tierra. Recuerda que el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX) solo se activa en los siguientes escenarios:
“Estamos buscando más sismos lentos, como los de mayo y diciembre de 2023 en las fallas Barranca del Muerto y Mixcoac, quizás ocurridos en otras fallas más al norte y que estén relacionados con los microsismo recientes”, explicó Víctor Manuel Cruz Atienza, sismólogo de la UNAM, para la Agencia EFE.
Te comparto una lista útil de buenos acciones que debes realizar para poder enfrentar un fuerte sismo en México o cualquier otro país del mundo. Pon en práctica las siguientes recomendaciones de seguridad que te mostraré a continuación:
Antes del sismo en México
Durante el sismo o terremoto en México
Después del sismo en México
¿Se pueden predecir los sismos?
Hasta hoy, no existe una técnica que permita predecir los sismos. Ni los países como Estados Unidos y Japón cuya tecnología es muy avanzada, han sido capaces de desarrollar una técnica predictiva de temblores. Dado que vivimos en un país con gran actividad sísmica la única certeza que tenemos es que tiembla constantemente y que debemos estar preparados. Ante cualquier evento sísmico lo único que nos puede ayudar es la prevención.