El costo de los vuelos comerciales de Estados Unidos hacia Francia podría elevarse, si el gobierno galo logra aprobar un alza tributaria, que busca sanear las finanzas públicas. La medida ha generado malestar en las aerolíneas, que terminarán pasando la factura a los pasajeros.
La noticia es una especie de baldazo de agua fría para las aerolíneas estadounidenses que cada vez vienen anunciando vuelos directos sin escalas desde Estados Unidos a Francia, como lo han hecho este año United Airlines y Jet Blue Airways.
El gobierno de Francia pretende aumentar, de manera significante, su impuesto de solidaridad (TSBA), que grava a la industria de la aviación para los vuelos que partan desde suelo francés en 2025.
Con esta medida, el gobierno planea recaudar más de 1,000 millones de euros (US$1,100 millones), duplicando los ingresos actuales, que se sitúan en unos 460 millones de euros (US$508 millones).
Este impuesto se aplica a los boletos de avión de manera individual y, si se adopta, hará que los vuelos desde Francia a los EE. UU. sean mucho más caros, debido a la distancia entre ambos países.
El impuesto de solidaridad fue introducido en 2006 por el entonces presidente Jacques Chirac. Es uno de los diez impuestos que gravan los viajes aéreos en Francia y que juntos representan alrededor del 40% del precio de un billete.
Para que se apruebe el alza del TSBA, este debe ser aprobado tanto por la Asamblea Nacional como el Senado de Francia. Las aerolíneas consideran que. si se da luz verde a esta medida, sería un desastre y afectaría a los viajeros.
El director general de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), Willie Walsh, dijo que el aumento tributario significaría un “desastre para la aviación” y que no es posible obtener prosperidad a través de impuestos y opinó que no se ha analizado el impacto en la economía francesa.
“Las aerolíneas no están en condiciones de absorber un shock fiscal de este tipo, por lo que vamos a tener que trasladarlo a los precios de los billetes”, explicó Pascal de Izaguirre, también consejero delegado de Corsair.
La directora general de Air France, Anne Rigail, por su parte, afirmó que, de implementarse, el alza sería un “verdadero shock para el sector”.
De aprobarse el aumento del llamado impuesto solidario, las repercusiones para los viajeros que vuelan desde Francia, especialmente en rutas de larga distancia a destinos como Estados Unidos, serían significativas. Por ejemplo, de París a Nueva York hay más de 5,800 km, mientras que desde Boston la distancia es de 5,531 km.
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