El Año Nuevo en Japón estuvo muy cerca de convertirse en tragedia cuando un avión de Japan Airlines se prendió en fuego en la pista de aterrizaje del Aeropuerto Internacional de Haneda en Tokio. Lo que parecía ser un desenlace terrible se transformó en un ejemplo de reacción y prevención ante desastres.
Y es que luego de impactar contra un transporte aéreo militar, en el que seis de sus tripulantes fallecieron, el avión comercial se convirtió en una bola de fuego, poniendo en peligro la vida de 367 pasajeros y otros miembros de la tripulación.
Con la impresionante maniobra, las autoridades y el personal de la aerolínea japonesa demostraron una vez más la importancia de la prevención y los ensayos para disminuir los daños ante cualquier contingencia.
El pasado 1 de enero, un avión de Japan Airlines que transportaba a 367 pasajeros impactó con una aeronave militar de la Guardia Costera en el Aeropuerto Internacional de Haneda en Tokio, Japón.
Lamentablemente, la peor parte la llevó el transporte militar, pues cinco de sus seis tripulantes murieron casi al instante debido al impacto, mientras que el avión comercial comenzó a incendiarse con personas dentro, por lo que la amenaza de que el fuego alcance las reservas de petróleo y explote era latente.
Ante esto, los planes de contingencia del aeropuerto, uno de los más importantes de Japón, se activaron, buscando rescatar a los 367 pasajeros y 12 miembros de la tripulación en tiempo récord.
El avión había salido horas antes del aeropuerto Shin-Chitose de Hokkaido, al norte de Japón, y su destino era la capital del país, cuando ocurrió el impacto y el incendio de varios sectores del Airbus A350, modelo del avión.
En pocos segundos, el avión se convirtió en una bola de fuego, por lo que la necesidad de abandonar rápidamente la nave era vital, algo que consiguieron, en un trabajo que Ed Galea, profesor de University of Greenwich, definió como un “trabajo milagroso”.
“Yo no veo un solo pasajero en el suelo en ninguno de los videos… Si las personas hubieran intentado sacar su equipaje de la cabina, eso es realmente peligroso porque podían retrasar la evacuación”, comentó.
En las imágenes, captadas por cámaras de seguridad del aeropuerto, muestran cómo la nariz del avión colapsa debido al avance de las llamas, mientras que lenguas de fuego salen de las ventanas del transporte aéreo.
Afortunadamente, una mezcla de preparación de la tripulación, combinado con la obediencia de los pasajeros antes las indicaciones, fue clave para que estos puedan evacuar el avión en tan solo 90 segundos.
“Nosotros pasamos por exámenes escritos, discusiones de casos de estudio y entrenamiento práctico usando distintos escenarios, como si el avión tuviera que aterrizar en agua o si hay fuego a bordo. Personal de mantenimiento también está involucrado en este entrenamiento”, indicó a BBC, una fuente que abandonó la aerolínea hace 10 años.
Por su parte, Maggie Kuwasaki, una portavoz de Japan Airlines, indicó en un correo electrónico que los estándares de los ejercicios están limitados a una evacuación en tan solo 90 segundos, un espacio de tiempo que se logró durante la aplicación en una situación de riesgo real.
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