Dagiana Peves
Deslizar los dedos por el smartphone para ver una nueva historia o un post se convirtió en una rutina que estaría afectando la tranquilidad de los jóvenes. Así lo revelan diversos estudios.
De acuerdo con estos, una de las razones radica en que los usuarios comparan negativamente el estilo de vida que llevan con el de otros cibernautas.
Al respecto, la psicóloga clínica Tatiana Cuadros explica que “a menudo los adolescentes buscan en las redes sociales a referentes idealizados, inalcanzables, que representen lo que inconscientemente quieren ser”.
Felicidad en peligro
Una investigación realizada por la Universidad de California a un millón de estudiantes desde la década de 1990 al 2016, reveló que su bienestar mental disminuyó a partir del 2012. Los adolescentes entre 13 y 18 años se consideran cada vez más infelices.
Que la tendencia se iniciara en el 2012 llevó a pensar a los investigadores que las nuevas tecnologías tienen vínculo con este fenómeno.
Los expertos del estudio no han apuntado a que esta sea la única causa de que sientan infelicidad; sin embargo, la implicancia se evidencia en la investigación.
¿Qué ocurre en el Perú?
Un artículo publicado por la doctora Inés Salcedo Culqui en el Repositorio Nacional Digital de Ciencia, Tecnología e Innovación de Acceso Abierto (Alicia) detalla la relación entre la baja autoestima y el constante uso de redes sociales.
Salcedo evaluó a 346 estudiantes universitarios de Lima entre 16 y 25 años. Los resultados indican que los factores plataformas digitales y amor propio guardan relación negativa. Los “alumnos que puntúan alto en el inventario de autoestima, puntúan bajo en el cuestionario de adicción a redes sociales y viceversa”, se indicó.
Otros indicios
En el 2016, la universidad estadounidense Penn State aseguró que ver fotografías de otras personas en redes sociales podría menoscabar la autoestima de los adolescentes.
Además, explicaron que los usuarios de esta edad tienden a compararse en distintos ámbitos, desde el físico hasta por el ‘nivel de felicidad’ del que otros gozan.
Otro análisis realizado por Scope, organización en pro de los derechos de personas con discapacidad en Reino Unido, también comprobó el malestar en los internautas. De una muestra de 1,500 personas, la mitad de los encuestados entre 18 y 34 años aseguró que las redes sociales los hacen sentir como no atractivos.
Para Agustín Espinosa, experto en psicología social, las redes pueden ser espacios de interacción positiva y hasta de contacto afectivo. El especialista recalca que no se las puede demonizar, pero sí es importante analizar los contenidos o escenarios específicos donde resultan peligrosas.
Asimismo, apunta que el problema se da cuando estas son utilizadas para comparar estilos de vida y, a partir de ello, generar frustraciones personales.
Estereotipos
La doctora Donna Wick, fundadora de Mind-to-Mind Parenting, explica a través del portal Child Mind Institute que la vulnerabilidad, la necesidad de validación y el deseo de compararse con amigos forma lo que ella describe como una “tormenta perfecta de baja autoestima”.
Según la directiva, no es que se trate de algo nuevo, sino que el impacto hoy es mayor. Antes la publicidad ya mantenía esquemas de belleza y éxito peligrosamente irreales, pero con las redes sociales estos se han establecido mucho más cerca.
2 horas a más en redes sociales aumentan las probabilidades de experimentar ansiedad o depresión, reveló encuesta de ‘Royal Society for Public Health’.
“Existe un uso de redes en términos de comparación, donde veo la vida de otros como a la que no puedo acceder”.