(Foto: AFP)
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A las ense las tiende a considerar “víctimas de un reclutador”, pero la realidad muestra que desempeñan un papel más relevante de lo que parece, a veces incluso muy importante, según un documento de la Red europea para Concienciar sobre la Radicalización.

El texto recoge las conclusiones de una reunión virtual celebrada el pasado 24 de noviembre en la que participaron expertos de toda Europa para abordar el uso de las redes sociales por parte de las mujeres y las lecciones a extraer para prevenir el extremismo violento.

La mujer en el entorno extremista

“Aunque a menudo se las percibe como víctimas de algún reclutador extremista, las mujeres tienen una cierta posición, a veces muy activa o prominente, dentro de los grupos extremistas. En otros casos, ellas mismas han sido reclutadoras muy activas con fines terroristas”, apunta el documento.

El papel de las mujeres en el extremismo, en particular de las jóvenes, ha evolucionado en los últimos años hacia una mejor comprensión sobre cómo se radicalizan, de qué manera son reclutadas y cuál es su papel en las actividades terroristas o extremistas.

Durante muchos años se pasó un poco por alto el papel de las mujeres en ese ámbito, aunque esa opinión ha cambiado recientemente, sobre todo después de que un importante número de ellas viajara a Irak y Siria para unirse al

Pese a las muchas investigaciones sobre género, radicalización y extremismo, los expertos concluyen que hay todavía muchas lagunas por completar.

El peso de internet en la radicalización

Según la Red para Concienciar sobre la Radicalización, las mujeres pasan más tiempo en las redes sociales que los hombres y tanto internet como las redes pueden ser una “entrada” al extremismo.

“En contextos religiosos extremadamente conservadores, las jóvenes suelen tener un acceso limitado a la información” sobre el sexo, el amor, el matrimonio o temas sobre los que internet “les da la posibilidad de comunicarse, obtener información y conectar”.

La red europea concluye asimismo que en los últimos años el foco ha estado puesto sobre todo en el extremismo islamista, descuidando otros tipos de radicalización que deben ser estudiados más a fondo.

El cambio hacia el extremismo de derechas y las teorías de la conspiración “requieren nuevas investigaciones”, ya que las narrativas pueden ser diferentes a otras formas.

Dificultades que encuentran los expertos

Uno de los problemas que existen a la hora de investigar este fenómeno, reconocen las conclusiones, es “la importante brecha generacional” en las redes sociales entre los jóvenes y los expertos en prevenir la radicalización.

Se considera todo un “reto” adaptarse a los cambiantes usos que hacen los jóvenes de las redes, manteniendo el ritmo y adaptándose.

“Tan pronto como comienzan a captar el medio, ya no es interesante para los jóvenes participar en una plataforma de este tipo”, dice el documento.

Según el texto, con el objetivo de estudiar el fenómeno de la radicalización hay que prestar atención a plataformas como TikTok, Houseparty, Live streams (LiveMe, YouNow), KIK, Reddit, The Dark Web y Parler.

La creciente popularidad de las retransmisiones en directo hace que el trabajo de intervención y prevención “sea cada vez más difícil dado que el contenido no se puede predecir, moderar o prohibir”, añade.

La Red de Concienciación sobre la Radicalización, en la que participan unos 6,000 expertos de la UE (entre profesores, psicólogos, trabajadores sociales, miembros de ONG, etc.) permite intercambiar experiencias, poner en común conocimientos, identificar las mejores prácticas y desarrollar nuevas iniciativas para abordar la radicalización.