La tranquilidad de aquel 23 de mayo de 1981 en la Plaza de Cataluña se vio interrumpida cuando un grupo de sujetos totalmente armados irrumpió las instalaciones del Banco Central de Barcelona y tomó como rehenes a más de 200 personas. Los asaltantes estaban liderados por José Juan Martínez Gómez, alias “El Rubio”, cuya imagen dio la vuelta al mundo, luego de salir cubierto con un pasamontañas y llevando delante suyo a un rehén al que apuntaba con un arma. Después de 37 horas en los que se sintió acorralado, él dio la orden de que todos salieran y que entre la gente se mezclen sus secuaces, pero fueron identificados y detenidos. El saldo: un muerto (el delincuente José María Cuevas), un herido y la fuga de uno de los individuos. Como han pasado más de cuatro décadas desde aquel suceso, te contamos qué fue del cabecilla de los atracadores.
Cabe señalar que hasta la fecha se desconoce cuáles fueron las motivaciones exactas para llevar a cabo dicho acto delictivo. Mientras que la policía señaló que era el dinero, el mismo Martínez Gómez aseguró que lo habían contactado para buscar un maletín con documentos que comprometían al Rey y varios políticos en el 23F.
Tras liderar el asalto al Banco Central de Barcelona, José Juan Martínez “El Rubio” recibió la pena máxima: 30 años de prisión. En aquel momento, tenía 25 años de edad. Él cumplió su condena en varios centros penitenciarios de España, de los cuales se escapó en más de una ocasión.
Al inicio fue llevado a El Acebuche (Almería), pero un año después fue trasladado a un centro de alta seguridad. Él sabía que aún faltaba mucho para recuperar su libertad, por lo que armó un plan, que ejecutó el 29 de septiembre de 1988, fecha en la que fugó de la prisión de Ocaña aprovechando un permiso. Las autoridades dieron con su paradero un mes y cuatro días después en Villanueva y Geltrú cuando se encontraba en el restaurante Costa de Oro, adonde había ido a almorzar un inspector de policía, quien lo reconoció. La intervención terminó con la muerte de dos agentes y José Juan gravemente herido tras recibir varios impactos, dos disparos le atravesaron el abdomen.
Aunque al inicio, “El Rubio” fue sindicado como el autor de los disparos que mataron a los efectivos, las investigaciones determinaron que las balas provenían de un arma que fue disparada por otro policía. Asimismo, un informe de la Guardia Civil demostró que Martínez solamente había disparado una bala, debido a que su pistola se le quedó encasquillada.
En diciembre de 1996, nuevamente tuvo problemas con la justicia cuando cumplía condena en la prisión de Castellón. Él había solicitado un permiso por Navidad, pero no regresó. Disfrutó de su libertad un mes, luego de que funcionarios del Grupo Antiatracos de la Policía de Barcelona lo identificaron y detuvieron en la barriada de la Barceloneta.
Después de idas y venidas, “El Rubio” salió de la prisión de Martutene en 2016, pero al ser un hombre conocido en el mundo del hampa lo estaban esperando con una orden de arresto por los robos en las oficinas de correos de Urruña y Baiona. “Me decían que tenía como para unos 20 años de condena. Al final todo se resolvió yendo a firmar a San Juan de Luz ante el juez durante cuatro años, dos veces por semana durante los primeros nueve meses y medio”, dijo en entrevista a Deia. A raíz de ello, no niega que cuando ocurre algún atraco, rápidamente lo vinculan con él, y más si se encuentra en la ciudad donde este hecho sucede, por lo que siente que lo persiguen. “Soy un ciudadano libre y no tengo nada que ocultar”, añadió.
Hasta inicios de 2022, cuando concedió una entrevista a Deia, José Juan Martínez se encontraba en Irún, ciudad y municipio español de la provincia de Guipúzcoa, País Vasco, por lo que se presume que sigue en el mismo lugar. Él señaló en aquel diálogo con el periodista Jorge Napal que luego de salir de prisión en 2016, su vida cambió por completo y se convirtió en una persona hogareña y a la que gusta pasear. Respecto a su salud dijo que tiene “una hernia y una bronquitis crónica de un resfriado mal curado en la cárcel de Martutene”.
Tras haber vivido experiencias extremas por estar metido en el mundo criminal asegura que no teme a la muerte y que incluso resucitó dos veces.
En otro momento se refirió a su apodo “El Rubio”, el cual considera que jamás se hizo llamar así, sino fue un sobrenombre que le pusieron la policía y la prensa.
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