De acuerdo a las últimas proyecciones del MEF, BCRP y de consultoras privadas, el próximo año la economía nacional recuperará una tasa de crecimiento alrededor del 6% (más cercano al potencial del PBI y del promedio de la última década: 6.4%), frente al 4.5% a 5.5% estimado para este año.
La novedad es que el PBI crecería de manera más equilibrada entre los
sectores denominados primarios y los no primarios, en relación a las
tasas de crecimiento registradas por estos grupos de sectores en el 2012
(2.0% y 7.0%) y este año 2013 (3.1% y 5.9%, proyectado por el BCR).
Entre el 2002 y 2012 estos sectores crecieron 4.1% y 6.9% anual
promedio, respectivamente.
Ello es positivo porque en los últimos
años se observa que cuando la economía nacional creció basándose más en
los sectores no tradicionales (más ligados a la demanda interna) la
balanza comercial tendió a deteriorarse (esos sectores demandan divisas
que no generan suficientemente para importar insumos y bienes de
capital). El saldo comercial externo se deterioró desde un superávit de
US$ 9,300 millones en el 2011, hasta un déficit alrededor de US$ 700
millones estimados para este año.
Si bien el déficit en cuenta
corriente resultante (que se estima alrededor del 5% del PBI para este
año) está por ahora financiado totalmente por la inversión directa
extranjera y por capitales de largo plazo, sería mejor cerrar ese
déficit (o mantenerlo en niveles más moderados) ya que con la
incertidumbre mundial actual no se sabe cómo se moverán los capitales de
largo plazo en los próximos años.
Pero lo más importante es mantener
(y mejorar) el ambiente positivo para la inversión y los negocios en el
país, como ha sido en las dos últimas décadas, ya que eso (y las buenas
perspectivas de precios) ha permitido el ingreso de nuevos proyectos
mineros. Precisamente, la mejora que se proyecta para el próximo año
(tanto en la tasa de crecimiento como en que este más balanceado) se
debe casi exclusivamente al ingreso del mega proyecto minero Toro Mocho
(cobre y otros metales), cuya concesión se entregó hace más de cinco
años. El problema es que la entrega de nuevas concesiones mineras se
está desacelerando y de seguir así el panorama se pondría más sombrío a
partir del 2016. Es necesario acelerar las concesiones mineras, los
proyectos extractivos y al mismo tiempo mantener el dinamismo de los
sectores ligados a la demanda interna.