Pero a mediados del 2020 surge un consenso entre los científicos: el virus se transmite más bien mediante los aerosoles, es decir las nubes de micropartículas que emitimos al respirar o hablar, o peor aún, al estornudar, cantar o gritar.
“Los programas de refuerzo sin discernimiento podrían prolongar la pandemia, en lugar de acabar con ella, puesto que las dosis disponibles irán hacia los países que ya cuentan con tasas de vacunación elevadas, lo que ofrece al virus más posibilidades de difundirse y mutar”, insistió.