El nuevo transbordador espacial europeo inicia su simulacro en un mercado muy competitivo con nuevos y poderosos rivales financieros. Se trata de una competencia desigual en donde chino, rusos y estadounidenses reciben pedidos del sector público conocidos como lanzamientos institucionales.

La estadounidense Space X ofrecen precios con los que los europeos apenas pueden competir.

Los costos de lanzamiento del Ariane 6 tuvieron que reducirse drásticamente en al menos un 40%. Para lograrlo apuestan por establecer sinergias.

Se desarrollaron y probaron nuevos propulsores que dan a la lanzadera el impulso necesario en el despegue.

Al fabricar más unidades del modelo se reducen los costos de producción. Los operadores esperan que el mayor ahorro provenga de los nuevos métodos de producción como en el caso del aislamiento protector de la sección superior.


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