Redacción Gestión

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Todos sabemos qué necesitamos para vivir una vida feliz y equilibrada: una alimentación balanceada, tener actividad física, fortalecer nuestras relaciones personales y, desde luego, llevar unas finanzas personales sanas, entre otras cosas.

Pero no todos lo hacemos. Es más, muchos tomamos el camino equivocado, por ejemplo: adquirir deudas para poder tener más cosas. Si es tu caso, no te sientas mal. Simplemente no conozco a nadie que pueda tener una vida feliz y tranquila si está endeudado. Tampoco cuando uno se da cuenta de que no tiene nada ahorrado para su retiro. Por eso las finanzas personales son tan importantes: son parte esencial e integral de nuestro plan de vida.

La buena noticia es que siempre puedes hacer algo para cambiar tu relación con el dinero, pero tienes que ir paso a paso: saber de dónde partes, cómo está tu situación financiera hoy y establecer metas; tener una visión de largo plazo y luego partirla en objetivos pequeños, alcanzables, que te motiven a seguir adelante. Es decir, trazar una ruta que te permita alcanzar esa gran visión.

Por ello te presento una guía, paso a paso, que te permitirá mejorar tu vida y tus finanzas personales.

Paso 1 – Elabora tu balance personalEl balance personal es como una fotografía del estado de tu situación financiera hoy, en este momento; no nos dice nada sobre cómo has llegado ahí: no importa tanto, pero te permite conocer qué tienes (tus activos) y qué debes (tus pasivos). La resta de ambos es tu patrimonio actual.

Hacerlo es muy sencillo. Usas dos columnas: en el lado izquierdo pones todo lo que tienes (saldos de tus cuentas de cheques, ahorros e inversiones, en ese orden, que puedes consultar en Internet); registra el valor estimado de tu auto únicamente si todavía lo debes (es decir, si existe un crédito automotriz asociado con él). De lo contrario, no vale mucho la pena —por la fuerte depreciación que tienen estos bienes. También el valor estimado de tu casa, si la posees.

Del lado derecho pones todo lo que debes, empezando por las tarjetas de crédito, préstamos personales o de nómina, crédito automotriz y, por último, el hipotecario.

Totaliza ambos conceptos (tus activos y tus pasivos) y haz la resta para sacar el valor de tu patrimonio. Ahora reflexiona: ¿qué te dice lo que ves? ¿Qué tan grande o chico es tu patrimonio? ¿Es negativo, es decir, debes más de lo que tienes? ¿Qué tan endeudado estás, como proporción de tus activos líquidos?

Paso 2 – Conoce tu patrón de gastosEl patrón de gastos es la base para hacer un presupuesto que de verdad te funcione y que sea para ti, porque toma en cuenta tus gustos, placeres y prioridades. Saber en qué gastas te permite tomar mejores decisiones en la vida. Un presupuesto es sólo eso: decidir cómo vas a gastar el dinero que ganas.

Entonces, si no llevas un registro de gastos, vale la pena que saques los estados de cuenta y los recibos que tengas a mano. Si no es suficiente, entonces empieza a registrar todos y cada uno de tus gastos durante un mes. Puedes hacerlo en una libreta, en una aplicación en tu celular, en una hoja de cálculo al llegar a casa, lo que te funcione mejor.

Desde luego, hay que asignar una categoría a cada gasto, de esta manera podrás saber cuánto inviertes en comida, gasolina o transporte, luz, renta o hipoteca, ropa, restaurantes, medicinas, etc.

Revísalo bien. De lo que se trata es de tomar decisiones en conciencia. Si queremos gastar la mitad de nuestro ingreso mensual en restaurantes —y podemos pagarlo sin sacrificar nuestras metas de largo plazo—, no tiene nada de malo. Si lo hacemos a costa de otras cosas y además nos endeudamos, entonces sí tenemos un problema.

Recuerda: tú eres el jefe, el que debe decirle a tu propio dinero qué es lo que quieres que haga por ti. Nunca al revés. Nunca dejes que el dinero te controle: tú estás a cargo. Como ya mencioné, en la vida no se puede hacer todo, no se puede tener todo. Por eso es importante conocer nuestras prioridades y alinear nuestro gasto con ellas. Ése es el secreto del éxito.

Diario El Economista de MéxicoRed Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)