Hace poco encontré los resultados de la Encuesta Global de Inversionistas de Schroders, en la cual se evalúan las perspectivas, el entendimiento y el comportamiento de más de 22,000 personas que invierten su dinero alrededor del mundo.

Los resultados muestran una brecha de conocimientos y un nivel considerable de contradicción y confusión entre lo que las personas piensan respecto a las inversiones y lo que realmente hacen para alcanzar sus objetivos de inversión.

Voy a detenerme en tres de las conclusiones más relevantes del estudio.

La primera es quizás la más importante: “Hay una demanda significativa por educación financiera”. El 88% de los encuestados a nivel global considera que necesitan mejorar su conocimiento sobre inversiones.

En segundo lugar, y quizás como consecuencia de lo anterior, las personas tienen elevadas expectativas de rentabilidad, que incluso parecen irreales. Sorpresivamente, un 13% espera al menos 20% de rentabilidad anual sobre su portafolio de inversión, al tiempo que los inversionistas institucionales esperan algo por encima de 5% anual.

No debería ser sorpresa que los millennials (18-35 años) resulten ser los más ambiciosos con una expectativa de rentabilidad de 11.7% anual, mientras que la Generación X (36-50) espera 9,9% y los Baby Boomers (51-69) 8.7%. Por último, las contradicciones más grandes se dan en América, donde un 63% considera que el ruido político y los eventos mundiales constituyen oportunidades de inversión, pero el 62% no quiere asumir mucho riesgo y el 52% mantiene una mayor posición en caja. 

Como participante activo del mercado de capitales, siento la responsabilidad moral de hacer el llamado a elevar los estándares en educación financiera, y no solo a nivel profesional sino desde las aulas de clases de los colegios.

La disrupción tecnológica de la era digital ha llegado, pero no debe quedarse en la explotación viral de las redes sociales, sino que debe ser aprovechada para acercar y educar a las nuevas generaciones al mundo del ahorro y las inversiones. Los productos financieros van más allá de una cuenta de ahorros o un CDT, y antes de pensar en profundizar nuestro mercado de capitales, debería considerarse seriamente invertir en educación financiera. ¿Usted qué respondería?, ¿necesita mayor conocimiento sobre inversiones?, ¿qué rentabilidad anual espera para los próximos cinco años?

Diario La República
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)