Los precios de las viviendas en el distrito de La Molina se han depreciado en 18% pese a contar con una disponibilidad importante de predios en condiciones legales adecuadas para ser adquiridos para el desarrollo inmobiliario, aseveró el gerente general de la inmobiliaria La Muralla, Jorge Zapata Ríos.

De acuerdo al empresario, en agosto último la oferta de departamentos nuevos en La Molina era de apenas 40 unidades, 62% menos de lo que había ese mismo mes en el 2017, en que se registraron 105 departamentos nuevos en venta.

Entre tanto, su distrito vecino, Santiago de Surco, tiene 25 veces más unidades en venta (1,018) y Jesús María, que lidera actualmente el mercado inmobiliario de Lima, tiene 54 veces más departamentos con una oferta que supera las 2,150 unidades.

En cuanto a departamentos vendidos, la situación es más crítica, apuntó el empresario esto dado que las ventas de departamentos por mes en La Molina son cercanas a cero, mientras que en Surco se vendieron 34 unidades en agosto del 2017 y 41 unidades en agosto de este año.

Asimismo, en Miraflores se vendieron 52 departamentos ese primer mes y 76 en el segundo. Como dato adicional, cabe precisar, que en lo que va del año en Lima se han venido vendiendo entre 700 y 890 departamentos mensuales, aproximadamente.

En tanto, el precio por metro cuadrado en La Molina ha caído en 18%, mientras en la mayor parte de los distritos céntricos de la ciudad los precios han subido. De acuerdo al gerente inmobiliario, el precio promedio por metro cuadrado en La Molina cayó entre agosto del año pasado y el mismo mes del presente año, de S/ 6,290 a S/ 5,119.

Mientras que en Surco bajó ligeramente de S/ 6,425 a S/ 6,268 (2.4% menos), mientras que en Miraflores y Barranco, el precio promedio por metro cuadrado subió 4% y 12% respectivamente.

Causa de la desvalorización de La Molina

Para el especialista es muy probable que la situación de La Molina se deba a que la congestión del tránsito sea la principal causa del decrecimiento de la oferta inmobiliario en este distrito, ya que no permite el fácil ingreso y salida de los residentes y visitantes del distrito.

Explicó que en la investigación realizada pudieron confirmar que en determinado horario, un residente de las urbanizaciones más alejadas de este distrito con poco más de 65 kilómetros cuadrados, puede demorarse hasta una hora solo para salir y el mismo tiempo entre que ingresa a la jurisdicción y llega a su domicilio.

Del mismo modo, señaló que el incremento del tránsito se ha agudizado en los últimos dos años, debido al cierre de cinco kilómetros de la Carretera Central y del puente de retorno de la avenida El Derby.

La solución pasaría, en opinión del gerente, por una nueva visión para enfrentar el problema, la cual priorice el transporte público por sobre el auto particular.

Las obras pendientes de ejecutarse como el túnel del Cerro Centinela y el bypass del Óvalo Monitor ayudarán en parte, pero si la ciudad no opta por sistemas de transporte público con carriles segregados y por la promoción del uso de otros medios de movilización como la bicicleta, el problema no desaparecerá.