Redacción Gestión

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(Bloomberg).- El camino de Roy Condrey para convertirse en un experto en casas donde ocurrieron asesinatos empezó con un moribundo aire acondicionado.

Después de reemplazar una unidad defectuosa en un inmueble que él alquila en Irmo, Carolina del Sur, la inquilina le dijo que creía que la casa estaba embrujada. A Condrey se le ocurrió buscar en internet un sitio que revelase si había ocurrido una muerte en la casa.

"Buscaba un informe CARFAX para casas", dijo él, en referencia al servicio que provee historiales de vehículos a compradores de autos usados. "En lugar de eso, encontré un montón de páginas en los resultados de búsqueda de Google preguntando '¿Cómo descubro si mi casa está embrujada?'".

Hace dos años, Condrey lanzó DiedInHouse, un sitio que permite a los clientes averiguar si alguien falleció en una dirección específica y la causa de la muerte. Utilizando noticieros, obituarios y algunos amuletos de búsqueda que Condrey prefiere no revelar, su empresa construyó una base de datos de 4.5 millones de casas que fueron escenas confirmadas de muertes.

Los precios de los informes de DiedInHouse para una sola dirección empiezan en US$ 11.99 y los clientes utilizan el servicio para todo tipo de cosas, desde la diligencia debida y la compra de una casa nueva hasta la investigación de informes de actividades sobrenaturales.

Dave Schrader, un investigador paranormal, dice que utiliza el sitio para buscar lugares para el programa "Ghost Adventures" de The Travel Channel. Hasta ahora, los clientes pagaron 30,000 búsquedas de propiedades, lo suficiente como para permitirle a Condrey, de 44 años, que de día es gerente de TI, contratar a un empleado de medio tiempo para el sitio.

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[La infame mansión en Los Feliz, Los Angeles.]

Motivos prácticosHistorias de fantasmas aparte, algunas fuerzas más prácticas alimentan el negocio. Las propiedades estigmatizadas, un eufemismo para describir la escena de un crimen horrible, suelen venderse con un descuento de entre 10% y 15% poco después del suceso, dijo Randall Bell, un tasador de Laguna Beach especialista en daños a inmuebles.

En casos extremos, un crimen espeluznante puede hacer que una casa sea prácticamente invendible. La infame mansión en Los Feliz, Los Angeles, donde un médico asesinó a su esposa y luego se mató en 1959 sigue abandonada desde principios de los sesenta, pero podría valer US$ 2 millones, según el periodista de policiales Jeff Maysh.

Algunos inversores en inmuebles ven una oportunidad para una ganancia imprevista. La casa en Guilderland, Nueva York, donde una familia de cuatro personas fue asesinada en octubre del año pasado se vendió a US$30.000 y rápidamente volvió al mercado a US$ 199,000 como el "lugar perfecto para que una familia en crecimiento eche raíces".

Si bien es común que los compradores de casas deseen saber si ocurrió un crimen violento en la casa de sus sueños, muchos estados tienen leyes laxas en relación a lo que los vendedores deben revelar. En Pensilvania, por ejemplo, la corte suprema del estado dictaminó el año pasado que no es para nada necesario divulgar "estigmas psicológicos" como muertes (a diferencia de los daños estructurales).

Sucede lo mismo en Massachusetts, donde la legislación estatal también permite que los vendedores no hablen de "alegaciones de fenómenos parapsicológicos o sobrenaturales". Todo lo contrario ocurre en California, donde los vendedores deben informar a los compradores la mayoría de los tipos de muertes ocurridos en la propiedad durante los últimos tres años. En Dakota del Sur y Alaska es obligatorio divulgar asesinatos o suicidios ocurridos en los últimos doce meses.

Condrey desea expandir el negocio y está agregando datos sobre impuestos sobre las propiedades y distritos escolares locales. También está probando un servicio para venderles pistas a inversores y agentes inmobiliarios en busca de una ganga para inmuebles con precios de venta puestos por herederos tras la muerte del dueño.

De todas formas, Condrey se siente más cómodo como defensor de los compradores de casas con miedo a los fantasmas. Él usa su página de Facebook para reprender a vendedores por encajarles casas a compradores desprevenidos. En un ejemplo, la casa donde una mujer supuestamente asesinó a sus cuatro hijas por creer que estaban poseídas por demonios en el 2009 fue vendida por US$ 40,000 después de conseguir US$ 139,000 un año antes. En el 2010, volvieron a venderla por US$ 132,000. "Me pregunto", escribió Condrey por e-mail, "si alguien puso al tanto al nuevo dueño".