Bloomberg.- En un mundo lógico, los constructores se apresurarían a levantar casas en las regiones de Estados Unidos donde más crece el empleo. A decir verdad, no es tan simple.

El área metropolitana de San Francisco sumó 373,000 nuevos empleos en los últimos cinco años, pero emitió permisos para sólo 58,000 unidades de vivienda nuevas.

La falta de construcción nueva ha exacerbado los costos de la vivienda en la Bay Area, haciendo que el área metropolitana de San Francisco sea uno de los mercados más crueles en los Estados Unidos. En el mismo período, Houston sumó 346.000 puestos de trabajo y autorizó 260,000 nuevas viviendas, cinco veces más unidades por trabajo nuevo que San Francisco.

Puede verse el desequilibrio en este gráfico, basado en uno que Lawrence Yun, economista jefe de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios, utiliza para explicar la escasez de viviendas en venta en todo el país.

Para cada área metropolitana, compara los nuevos empleos netos creados de 2012 a 2016 con el número de nuevas unidades de vivienda autorizadas durante el mismo período. Históricamente, se considera normal una nueva unidad de vivienda por cada dos empleos creados, dijo Yun.

California, donde el crecimiento del empleo ha sido fuerte y el control local de las decisiones de zonificación dificulta notoriamente construir, alberga muchas de las ciudades donde la construcción está más rezagada con respecto a la contratación. Seis metrópolis de California figuran entre las que tienen el ritmo más lento de construcción de viviendas en comparación con el crecimiento del empleo.

Las ciudades en expansión en el Sur y el Suroeste han tendido a autorizar viviendas a un ritmo más rápido. Houston, famosa por su laxitud en la regulación del uso de la tierra, autorizó un nuevo permiso por cada 1.3 empleos. Hasta áreas metropolitanas como Denver, Seattle y Portland, Oregon, parecen ciudades de crecimiento rápido, en comparación con las de California.

No sólo los mercados costeros tradicionalmente caros están padeciendo la escasez de oferta nueva. Los compradores de pequeñas ciudades como Louisville, Kentucky y Omaha, Nebraska, se sienten frustrados por el ajustado inventario y la falta de opciones, dijo Yun.

A nivel nacional, los constructores han añadido menos unidades nuevas en los 10 años que cerraron en 2016 que en todos los períodos de 10 años desde 1990. Las bajas tasas de espacios desocupados trajeron aparejados alquileres más altos. Los buscadores de casas esperan ansiosos en los mercados de vendedores, donde las casas salen rápido –-y a menudo por encima del precio anunciado.

La construcción nueva no es la única fuente de vivienda para una población en crecimiento. Las ciudades con más inventario no utilizado pueden absorber nuevos hogares sin construir más unidades. La crisis de las ejecuciones hipotecarias inundó el mercado con propiedades baratas, muchas de las cuales fueron arregladas y alquiladas por inversores en el floreciente negocio de alquiler unifamiliar.

Hay dos maneras de aliviar la crisis de inventario, dijo Yun en una entrevista: "O los constructores construyen casas, o los inversores en bienes raíces ponen viviendas en el mercado".

¿Por qué los constructores no se ponen manos a la obra? Una de las razones puede ser un desajuste entre los lugares donde la gente quiere vivir y los lugares donde hay tierra edificable disponible. Además, los constructores han tenido dificultades para llenar los puestos vacantes, lo cual incrementa los costos laborales y retrasa el ritmo de construcción.

Las reglas de zonificación a menudo impiden una mayor densidad demográfica, llevando a los constructores a erigir casas unifamiliares en las periferias de las grandes ciudades, en vez de edificios de apartamentos más cercanos a los centros de trabajo.