La Asociación de Bancos () informó que al cierre de marzo, los créditos hipotecarios ofrecidos por la banca privada peruana ascendieron a S/ 38,820 millones, cifra mayor en 4.64% frente a similar mes de 2016, con tipo de cambio constante.

Según tipo de moneda, vemos que el saldo de créditos hipotecarios en soles, mantuvieron su crecimiento y llegaron a S/ 30,442 millones, cifra mayor en S/ 351 millones (1.17%) frente a febrero de 2017, y en S/ 2,545 millones (9.12%) en comparación con marzo de 2016.

Por el contrario, el saldo de los créditos hipotecarios en dólares siguió cayendo, y llegó en marzo del presente año a US$ 8,379 millones, dato menor en US$ 58 millones (-0.69%) frente al mes previo y en US$ 1,046 millones (-11.10%) con relación a marzo de 2016.

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Por otro lado, destacó que en marzo se otorgó un número de 2,962 nuevos créditos hipotecarios, cifra mayor a la reportada en similar mes del 2016, de 2,612 nuevos créditos. Asimismo, el monto de nuevos créditos hipotecarios llegó en marzo de 2017 a S/ 956 millones, monto que se compara con un dato de S/ 823 millones en el mismo mes del año anterior.

Los incrementos de desembolsos suelen ocurrir en el último mes de cada campaña trimestral (marzo, junio, setiembre y diciembre), en las que los bancos promueven la oferta de este tipo de créditos. En el caso de marzo 2017, además de ser cierre de campaña, se han dado algunos cambios tecnológicos que han permitido un aumento en la productividad del sector, lo que aceleró el desembolso de créditos hipotecarios.

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En cuanto a la participación según moneda, tenemos que la solarización de créditos hipotecarios continuó avanzando, y a marzo de 2017 alcanzó un nivel de 78.42%, mostrando un crecimiento de 0.32 puntos porcentuales frente al mes previo, y de 3.67 puntos porcentuales en comparación con marzo de 2016.

La creciente participación de la moneda nacional en la cartera hipotecaria, manifiesta la mayor concientización del público respecto a la importancia de mantener deudas en la misma moneda en la que se reciben los ingresos, como consecuencia de la orientación que en ese sentido brindan las entidades bancarias y en base a la experiencia reciente de elevada volatilidad en el tipo de cambio.