Redacción Gestión

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Cuando un promotor de tarjetas de crédito ofrece uno de sus relucientes productos y prácticamente ha llenado el contrato por nosotros, rechazar una tarjeta de crédito quizá resulte impensable. Si ya nos la otorgaron es porque somos aptos para el plástico, ¿cierto? Ante ello cabría detenerse cinco minutos a pensar si en verdad estamos preparados para tener un producto tan delicado en nuestras manos.

Identificar las características del tarjetahabiente ideal no es una tarea sencilla, pero podemos darnos una idea de ello aprendiendo de los errores de otros usuarios de plásticos, en el sentido de qué es lo que les ha llevado con mayor frecuencia a endeudarse con estos instrumentos financieros.

La mayor causa de endeudamiento entre usuarios de tarjetas de crédito (71% de los casos) se deriva de una mala administración de las finanzas personales, según Kathy Quintero, vocera de la reparadora de crédito Resuelve tu Deuda, ya que esta situación —como si se tratase de una bola de nieve— provoca paulatinamente otros escenarios donde la probabilidad de caer en un problema de sobreendeudamiento se incrementa.

De ahí que, a decir de la especialista, haya cinco requisitos preferibles en los usuarios de plásticos para que puedan utilizar de una manera sana este instrumento.

Localice potenciales amenazas

El primer requisito para considerarse apto para tener una tarjeta de crédito debería ser el tener un presupuesto claro, refirió Quintero, ya que esto ayuda a los usuarios a definir hasta qué punto pueden endeudarse.

"Conocer cuánto gana, qué ingresos tiene y cuánto y en qué se gasta puede ayudarle a identificar su capacidad de pago, es decir, si estos nuevos créditos tienen la capacidad de ser pagados. En una libretita, anote sus ingresos mensuales (fijos y variables) y, del otro lado, gastos principales como vivienda salud, educación, transporte, entretenimiento, ahorro y pago de deudas. Muchas personas cuando hacen este ejercicio se sorprenden", abundó.

Una vez definido nuestro presupuesto e identificada la capacidad de endeudamiento, la siguiente situación preferible es contar con una fuente de ingresos constante, o, de lo contrario, se corre el riesgo de que no podamos cumplir con los pagos, estén presupuestados o no.

Éste no es un tema menor ya que, según la reparadora de crédito, 31% de los usuarios que han caído en pagos vencidos por deudas derivadas de sus plásticos lo hizo por una pérdida de empleo o una reducción en sus ingresos.

Para amortiguar esta posibilidad, recomendó Quintero, puede optar por un fondo de emergencias (de por lo menos seis meses de gastos corrientes) para no dejar de cumplir con sus compromisos financieros mientras halla otro empleo o fuente de ingresos, ya que de hacerlo las comisiones pueden alcanzar grandes proporciones.

Al hablar de las comisiones, se toca otro requisito importante para quienes deseen tener un plástico: entender a plenitud los conceptos y las letras chiquitas de su tarjeta.

Para dimensionar las consecuencias de no conocer cabalmente las características de una tarjeta, resulta conveniente mencionar que los intereses han sido la mayor causa de que una persona deje de tener una tarjeta de crédito, según la recién publicada Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2015 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).

De ahí que sea indispensable conocer los costos por disponer de efectivo o pagar los mínimos cada mes, pero también algunos más básicos que suelen pasarse por alto, como la fecha de corte.

El cuarto requisito para tener una tarjeta de crédito es no contar con adeudos importantes. Aquí el efecto es de algún modo bidireccional ya que, por ejemplo, para una persona que cuenta con una hipoteca, tener una tarjeta de crédito puede ser nocivo por la proporción de los ingresos mensuales que llega a representar el pago de una vivienda. Dicho de otra forma: tener ambas deudas es peligroso.

Por ello es recomendable que si tiene grandes adeudos y a largo plazo, como el caso de una hipoteca o un crédito automotriz, prescinda de su tarjeta de crédito durante algún tiempo. Ni hablar de situaciones de impago en alguno de estos créditos y sumarle más adeudos en tarjetas de crédito.

El último requisito para considerarse apto para un plástico es cuando lo utiliza para adquirir bienes o servicios que signifiquen una inversión para usted a largo plazo.

"Si pagará estudios o un posgrado, por ejemplo, es inversión a largo plazo; cuando sus saldos pueden convertirse en beneficios (como millas en vuelos o descuentos en conciertos), el hábito puede significar un ahorro. Sin embargo, para quienes la van a usar para adquirir bienes de corto plazo, como financiar las compras del súper o cargar gasolina, no es conveniente", detalló Quintero.

Esto va de la mano con un error común en los tarjetahabientes, a decir de varios gurús de las finanzas personales: pensar que la tarjeta de crédito es una extensión de los ingresos, cuando sólo es un medio de pago.

Estas características conforman al tarjetahabiente ideal, y si bien ello no significa que una persona que no cumpla con los requisitos no pueda tener un plástico, esto conlleva una mayor probabilidad de sobreendeudamiento. La decisión está en sus manos.

¿Cumple con los requisitos?

Si contesta de manera negativa a una o más de las siguientes preguntas, quizá debería replantearse tener una tarjeta, o en caso de ya contar con una, moderar su uso:

¿Tiene una fuente de ingresos constante?

Si tiene la certeza de que mes a mes percibirá los mismos ingresos, tiene más posibilidades de cumplir con las obligaciones totales de un crédito. Esto va de la mano con el punto anterior; definir una capacidad de endeudamiento estable disminuye el riesgo a endeudarse.

¿Conoce su capacidad de endeudamiento?

La capacidad de endeudamiento, definida como la diferencia entre lo que ganamos y lo que gastamos, determinará qué tanto puede endeudarse. Otro parámetro para medirla es la regla que dice que las deudas no deben exceder 30% de sus ingresos mensuales.

¿Las tarjetas son sus únicas deudas?

Si bien hay quienes hacen malabares para poder saldar los adeudos de dos o más tarjetas de crédito, cuando se trata de financiamientos como el hipotecario o el automotriz, el compromiso es mayor y debería reconsiderar seriamente si puede cumplir con todo.

¿Qué tipo de bienes adquirirá y a qué plazo?

Si la tarjeta de crédito ayuda a financiar un posgrado o a empujar un negocio, se considera una inversión a largo plazo, ya que los beneficios de este endeudamiento son mayores —tanto en cantidad como en costo— que la deuda misma. Por el contrario, si usará su plástico para comprar ropa o gasolina a meses, no es nada recomendable.

¿Conoce a plenitud su tarjeta?

No sólo se trata de conocer las comisiones que se le cobran por pagar saldos mínimos cada mes, sino cuál es su fecha de corte, de pago, cobros por disposición de efectivo, entre otras características y, sobre todo, letras chiquitas que puedan derivar en comisiones.

Fuente: Elaboración propia con información de entrevistados

Diario El Economista de México