Cuando las personas reciben una gran cantidad de dinero de repente, suelen vivir una gran cantidad de emociones que son sumamente difíciles de manejar y de las que hablamos brevemente en la primera entrega.

¿Qué es lo que uno debe hacer si recibe una gran suma de dinero? Lo primero, como ya mencionamos, es tener muy claras nuestras prioridades. De lo contrario puede haber muchos distractores —bienes materiales— que nos pueden alejar de lo que verdaderamente queremos en la vida. Se trata, simplemente, de lograr un equilibrio entre nuestros deseos de corto plazo y nuestras necesidades de largo plazo.

Una vez que tenemos eso claro, hay que tomar en cuenta los siguientes consejos:

1. Conservar la calma y no tomar decisiones precipitadas. Esto es muy importante para las personas que han sido desordenadas en sus finanzas personales; si no lo hemos hecho antes cuando nuestro dinero era escaso, es muy probable que no sepamos manejar una cantidad más importante.

Entonces hay que ir paso a paso. Es muy fácil que nos ganen las ganas, que empecemos a tomar decisiones de consumo que hagan que ese dinero se nos empiece a ir de las manos. Ya habrá tiempo.

Nos empezarán a llover ofertas, seguramente, sobre maneras de invertir esos recursos. Debemos tener paciencia: el peor error puede ser invertir en cosas que aún no entendemos cómo funcionan. Aunque tengamos asesoría profesional, no debemos olvidar que el asesor nos aconseja, pero nosotros somos quienes tomamos las decisiones. Entonces tenemos que comprender su alcance.

2. Empezar por el principio, es decir, con nuestra situación financiera actual. ¿Tenemos deudas? ¿Hemos construido un fondo para emergencias? ¿Tenemos una planeación para nuestro retiro? ¿Cuáles son nuestras metas financieras a corto, mediano y largo plazos? Es importante listarlas por escrito.

3. Cuidarnos de los amigos y familiares que se nos comienzan a acercar. Cuando uno recibe una cantidad importante de dinero, aparecen personas que quieren una parte: gente que no veíamos desde hace mucho tiempo, parientes cercanos o lejanos que de repente empiezan a pedirnos prestado o instituciones financieras y asesores que nos venden espejitos, esperando apoderarse de parte de esos recursos a través de diversas ofertas de créditos o de asesoría patrimonial.

4. Entender nuestras emociones, porque como ya mencionamos, el recibir una gran cantidad de dinero nos genera sentimientos muy variados. Por ejemplo, en una herencia, seguramente estaremos tristes por haber perdido a una persona que queríamos mucho. El recibir parte de sus bienes puede hacernos sentir culpa, por ejemplo.

Pero también está la avaricia o el sentimiento de dedicar menos tiempo a la familia. Casi todo lo que decidamos va a tener una carga emocional importante, por eso es fundamental saberla manejar.

5. Retribuir a la sociedad. Una de las grandes satisfacciones que podemos tener como seres humanos es compartir con los demás. una vez que tenemos nuestras necesidades cubiertas, podemos participar en causas sociales que nos interesen, que nos motiven, no sólo a través de donaciones sino con trabajo voluntario. Poner un granito de arena para un mundo mejor. Hay muchos estudios que demuestran que la gente que contribuye a la sociedad es mucho más feliz. Y la felicidad, para muchos de nosotros, es una de nuestras prioridades.

Diario El EconomistaRed Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)