Cada año muchísima gente hace propósitos de Año Nuevo pero pocos los consiguen.

De hecho muchas veces los que hacemos son exactamente los mismos que hicimos el año que terminó. Por ejemplo: "ahora sí voy a hacer ejercicio", "ahora sí dejaré de fumar", o bien, "este año voy a hacer el propósito de ahorrar".

El problema con los propósitos es que son simplemente buenos deseos. Se plantean de una manera muy vaga, sin definir exactamente qué perseguimos y cómo vamos a alcanzarlos. No son concretos y mucho menos medibles.

Opte por una planeación ingeniosa

Por esto último, y para que no suceda lo que en otras ocasiones, uno debe cambiar de estrategia, hacer las cosas de manera distinta.

Yo, por ejemplo, desde hace mucho tiempo he dejado de hacer propósitos de Año Nuevo. Lo que hago ahora es plantearme objetivos — no más de tres, para enfocarme en ellos -. Los establezco de manera muy concreta y me baso en el método SMAART, creado por Peter Drucker y posteriormente perfeccionado por otros autores:

En este sentido, mis metas escritas cumplen con las siguientes características:

S (Specific). Los objetivos deben ser muy concretos; mientras más específicos, mejor.

M (Measurable). Debe haber una forma objetiva de poder medir el progreso y si lo hemos alcanzado.

A (Attainable). Deben ser realistas, alcanzables, pero no fáciles (nos deben retar).

A (Action oriented). Debemos escribirlos de manera activa, no pasiva.

R (Result oriented). Deben enfocarse en el resultado, es decir, en lo que queremos lograr.

T (Time phased). Deben tener una fecha específica de cumplimiento.

Algunos ejemplos para orientarse

Un ejemplo de un objetivo es: "Para el 31 de diciembre del 2017 habré aportado 50,000 pesos (S/ 8162.26) a mi plan personal de retiro.

Esta meta es SMAART ya que:

  • Es muy específica.
  • Es medible, porque menciona una cantidad y puedo saber cada mes cómo voy.
  • Es alcanzable, siempre que tenga la capacidad de ahorrar S/ 680.24 cada mes, aunque también puedo establecer una combinación (quizá ahorrar S/ 326.49 mensuales y aportar el resto con mi prestación de fondo de ahorro).
  • La manera como está escrita llama a la acción.
  • Está enfocada en el resultado, no en los pasos que deberé seguir.
  • Tiene una fecha definida en la cual deberé alcanzarla.

En mi experiencia propia, es importantísimo mantener nuestros objetivos siempre en mente.

En mi caso, los que tienen que ver con dinero los tengo claramente establecidos en el software que utilizo para manejar mi presupuesto (llamado You Need A Budget o simplemente YNAB).

Entonces cada mes establezco un presupuesto para cada uno de ellos y ¡listo! Otras personas pegan un post-it en su computadora, en el espejo del baño o en un separador de libros que llevan en su agenda.

Apóyese en alguien para cumplir sus objetivos

Si tenemos a una pareja, me parece fundamental que estos objetivos se planteen de manera conjunta y que ambos se encarguen de apoyar al otro, como una especie de cómplices.

Nuestra pareja puede ayudarnos cuando algo nos sale mal y hacernos volver al camino correcto. O puede ser alguien externo al hogar (o quizá ambos).

Desde luego, esta metodología no sólo se limita a nuestras finanzas personales, ya que podemos establecer metas de este tipo para casi cualquier otro aspecto de nuestra vida.

Lo que sí es importante es que éstas sean pocas, pero realmente importantes, para que podamos enfocarnos en ellas (es mucho más fácil dar seguimiento a dos o tres objetivos que a 10).

Así que ya lo sabes: deja de engañarte a ti mismo con los propósitos de Año Nuevo; en lugar de ello, establece objetivos SMAART.

Diario El Economista de MéxicoRed Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)