El manejo de las finanzas personales puede ser medido por ciertos indicadores, los cuales sugieren estándares para mantener un correcto manejo de estas. Jorge Carrillo Acosta, profesor en Pacífico Business School, y el economista Jorge Gonzales Izquierdo, nos comentan sobre ello.
Capacidad de Ahorro
Según Jorge Carrillo Acosta, tener la capacidad de reservar una parte del salario y destinarlo a conceptos de ahorro, representa una conducta financiera saludable. El reservar al menos 10% del salario es recomendable para afrontar cualquier tipo de imprevisto o generar algún interés.
Con respecto a ello, Jorge Gonzales Izquierdo, señaló que la generación de un ahorro en el tiempo es recomendable, pues estos recursos pueden ser dirigidos a inversiones de capital humano o físico, los cuales tendrían una retribución en el futuro.
“La dirección del ahorro a este tipo de inversiones (capital humano o físico), prometen una retribución en el tiempo y además evitan que los excedentes sean malgastados después”, indicó Gonzales.
Nivel de endeudamiento
Según Gonzales, el dedicar más del 30% del ingreso personal o familiar al pago de deudas no sugiere un buen indicador de un buen manejo financiero.
Este 30%, según Carrillo, es el límite tradicional para considerar a un persona sobreendeudada. Además, la estabilidad de la deuda ayuda a tener un mejor historial crediticio y aumenta las probabilidades de pagar las cuentas a tiempo.
“Si una persona tiene un salario de S/ 3000 es recomendable de que su pago de deuda no supere los S/ 1000”, indicó Carrillo.
En caso de tener un negocio: orden en las finanzas
En caso de tener un negocio (por ejemplo familiar), según Carillo, el mantener diferenciadas las cuentas personales de las del negocio evitan el desorden en las mismas (cuentas) y el subsidio del negocio.
Muchos empresarios que son dueños y empleados a la vez, indicó Carrillo, no tienen en cuenta su propio salario o gastos de alquiler, lo cual distorsiona la percepción de rentabilidad del negocio en el que se incurre. Este caso es recurrente en muchos negocios familiares.
“Lo típico al mezclar las finanzas personales con las empresariales, es que se suele no considerar los costos de oportunidad y con ello subsidiar muchos negocios. Con ello, se cree que estos son rentables cuando en realidad no es así”, indicó Carillo
Además, según Gonzales, uno de las principales consecuencias que trae esta actividad (el combinar las finanzas personales y empresariales), es que los ingresos netos del negocio son tomados como “caja chica" por los dueños (y a la vez trabajadores), lo que produce una descapitalización de la pequeña empresa.