Gobierno entregará un bono de 600 soles a familias en pobreza y pobreza extrema en regiones del país clasificadas con riesgo extremo ante la segunda ola del COVID-19. (Foto: GEC)
Gobierno entregará un bono de 600 soles a familias en pobreza y pobreza extrema en regiones del país clasificadas con riesgo extremo ante la segunda ola del COVID-19. (Foto: GEC)

En el 2020, el estado de emergencia nacional por la pandemia incrementó la demanda transaccional y precautoria de billetes y monedas, señaló un reporte del Banco Central de Reserva (BCR).

Así, el también denominado circulante creció 37,5% al cierre de diciembre, registrando la tasa de expansión anual más alta desde 1995, superior al 4,7% observado en el 2019.

Son distintas las razones que aceleraron el uso de billetes y monedas en el país el año pasado, dijo Arturo García, docente de Esan.

Primero, el estado dispuso la entrega de bonos a los ciudadanos en situación vulnerable a fin de soportar los meses de confinamiento, señaló.

El primer subsidio que lanzó el Gobierno fue el Bono Yo me quedo en casa de S/ 380 que luego se convirtió en un bono de S/ 760 tras la ampliación de la cuarentena.

Asimismo, el Bono Rural de S/ 760 que se destinó a casi dos millones de hogares de las zonas más aisladas y con menos recursos del país.

Luego, se entregó el Bono Independiente, una ayuda pensada para trabajadores independientes en situación de vulnerabilidad y el Bono Familiar Universal de S/ 760.

También se entregó el bono para trabajadores en suspensión perfecta de labores, por orfandad, para policías, trabajadores de salud y S/ 200 para niños nacidos durante la pandemia y los menores de dos años.

García indicó que la liberación de recursos previsionales también implicó la entrega de efectivo.

El retiro inicial de S/ 2,000 aprobado por el Gobierno, seguido del retiro del 25% dispuesto por el Congreso, se sumaron al requerimiento de billetes y monedas, detalló.

En tanto, sostuvo que los programas de apoyo a la empresa como Reactiva Perú y Fae Mype, también impulsaron la liquidez del sistema financiero.

“Se podría generar la duda de un incremento del circulante a la par de un avance acelerado en las transacciones digitales, pero la mayoría de estos bonos se entregó a personas de bajos recursos”, comentó.

Según García, la población vulnerable que recibió este apoyo no suele estar bancarizada ni utiliza canales digitales.