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El escenario de crisis condujo a que algunos peruanos utilicen sus tarjetas de crédito para financiar sus gastos, lo que los dejó con múltiples deudas que cumplir.
“Lo primero que debe hacer un deudor es sentarse a revisar todos los problemas bancarios que tiene y ser creativo al buscar soluciones”, dijo Ana Vera, CEO de Kobsa, la casa de cobranza.
Esto le permitirá tener claro el total de su deuda para compararlo con su ingreso mensual y evaluar los costos que puede reducir para mejorar su posición financiera, por ejemplo, el realizar home office le permite disminuir su gasto significativamente y desviar ese dinero al pago de sus obligaciones, señaló.
Asimismo, enfatizó que la banca está dispuesta a buscar una alternativa de pago que facilite el cumplimiento del cliente quien, de convertirse en moroso por no pagar sus tarjetas, implica mayores provisiones para la entidad.
Solo el primer mes que se deja de pagar una tarjeta, la financiera debe provisionar cerca de 20%, monto que, multiplicado por todos los clientes que no cumplen, se vuelve relevante, agregó.
En esta línea, la especialista recomienda, como primera medida, una consolidación de las deudas vigentes en las distintas tarjetas con el objetivo de ser comprada por un solo banco.
“Si la deuda total de tres tarjetas de crédito es de S/ 9,000, lo más inteligente es unificar dicha obligación, y solicitar a una entidad financiera un financiamiento de libre disponibilidad que permitirá bajar la cuota mensual y, probablemente, termine pagando menos intereses al bajar también la tasa”, detalló.
Lo que se necesita en estos momentos es liquidez, por la incertidumbre que vive el país, por lo que el disminuir su pago mensual podría destinar dicho ahorro a otros fines, añadió.
En tanto, refirió que un segundo mecanismo para librarse de las deudas de varias tarjetas de crédito para quienes tienen un crédito hipotecario es solicitar una ampliación de dicha obligación.
Si el cliente debe US$ 30,000 en tarjetas, puede dejar de “ruletear” pagando montos mínimos y consolidar su deuda a fin de añadir la suma a su hipoteca y beneficiarse de un menor costo del crédito, expresó.
La tasa de una tarjeta de crédito puede llegar a 60% anual, mientras que la de un préstamo hipotecario apenas alcanza el 4% al año, con esta modalidad el banco libera al cliente de una mayor deuda en tarjetas y reduce el riesgo de que caiga en default, acotó.