Cada mes, los trabajadores peruanos dependientes destinan el 10% de su salario a su fondo de ahorro previsional. Esto les permite contar con una pensión cuando llega el momento de su jubilación.
Sin embargo, hay quienes se muestran en desacuerdo con este sistema por el bajo monto que reciben como pensión.
“Hoy en día, una persona contribuye tres años, se jubila y quiere tener un fondo para los 30 años después de jubilarse”, dijo Jorge Ramos, CEO de Sura Perú.
Es difícil que un afiliado aporte tres, cinco e incluso 10 años y reciba una pensión suficiente para tener calidad de vida, no se construye un fondo previsional con tan pocos años de contribución, manifestó.
“De aportar tan poco tiempo, al jubilarse le tocará S/ 5 de pensión y pensará que no sirve”, acotó.
En Perú, las personas se están jubilando más jóvenes, a los 58 años en promedio cuando debería ser a los 65 años, refirió el ejecutivo de Sura, grupo al que pertenece AFP Integra.
Si se jubila a los 60 años y tiene una expectativa de vida que llega a 87 años, se está hablando de casi 30 años que su fondo previsional debe financiar, agregó.
Según Ramos, la mayoría de personas en el Perú cotiza el 40% de su tiempo de aporte, por lo que su tasa de reemplazo, que indica la proporción entre el monto de la pensión de jubilado respecto de su nivel de ingresos, es de apenas 30%.
Se debe establecer ciertos parámetros de modo que la población comprenda que si cumple con estas condiciones recibirá una pensión, lo que además reduciría la incertidumbre que tienen los afiliados sobre el monto que recibirá, mencionó.
“A las personas que no llegan a completar los requisitos, como un periodo mínimo de aporte, por ejemplo, le devolvemos el dinero de su fondo”, expresó.
El ejecutivo indicó que, por lo general, un cotizante que cumple con el número de años de aporte, financia al menos una pensión mínima.
“El costo de la contribución es marginal pero el beneficio es enorme”, comentó.