No se esconda de su acreedor aconseja, Ana Vera, Ceo de Kobsa.

Las deudas llevadas de una manera ordenada suelen ayudarnos a conseguir un objetivo a corto o largo plazo. Sin embargo, abusar de ellas también puede convertirse en un espiral difícil de salir.

Hoy en día, resulta sumamente perjudicial no pagar las obligaciones pues no solo se cierran las puertas del sistema financiero al moroso sino que muchas empresas tienen como política revisar el récord crediticio de las personas que postulan a un puesto de trabajo y este puede ser un causal para no ser contratado.

Las personas no dejan se pagar sus deudas de manera premeditada sino que en la mayoría de los casos lo hacen porque enfrentan un imprevisto que merma sus ingresos, como puede ser la pérdida del empleo o la enfermedad de un familiar.

En otros casos, los deudores se desordenan y asumen más créditos de los que están en capacidad de pagar.

Son muy pocos los casos en los que las personas deliberadamente sacan un crédito sin intención de pagar al banco, aclara Ana Vera, Ceo de la empresa de cobranzas Kobsa.

Anota que un deudor que enfrenta atrasos no debe asustarse. “Tener deudas es parte del ciclo económico de una persona y el incumplimiento es una circunstancia que le puede suceder hasta al mejor pagador”, menciona.

No se esconda
Lo importante es afrontar esas deudas y no “esconderse”, enfatiza la ejecutiva.

Hoy, las instituciones financieras están cada vez más abiertas a solucionar los problemas financieros que enfrentan sus clientes.
Hay que ir a conversar con la entidad financiera y plantear una propuesta de pago, dice Vera.

En el caso de que en ese momento no se puede realizar algún pago, comunicarle a la entidad en cuanto tiempo van a volver a reactivar sus pagos, agrega.

Con ello, se puede negociar un programa de refinanciamiento o fraccionamiento de lo adeudado, puntualiza.

En segundo lugar, hay que evitar tener muchos producto bancarios uno o máximo dos. 

¿Cómo evitarlo?
No se trata de no tener deudas sino de endeudarse inteligente y ordenadamente.

Vera aconseja que lo ideal para una persona es trabajar con hasta dos entidades financieras y tener como máximo tres productos financieros, como puede ser la tarjeta de crédito, un préstamo vehicular y una hipoteca.

En el caso de una persona jurídica (empresa) puede trabajar con tres entidades, indica.

"Lo más importante es proceder a tener flujos de caja líquidos con presupuestos ordenados donde tengamos los objetivos claros de qué debemos reducir en gastos y que objetivo a mediano y corto plazo queremos tener en adquisición de activos, inversión en capacitación o lo que uno considere como proyecto de vida", menciona.

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