Los créditos reprogramados por las entidades financieras vienen disminuyendo sostenidamente en línea con una mejora en el comportamiento de pagos de los deudores. Sin embargo, aún existe el riesgo de que una porción de estos préstamos termine cayendo en morosidad.
El saldo de créditos reprogramados, que alcanzó un máximo de 35.8% del total de préstamos del sistema financiero en junio del año pasado, ha disminuido en todos los segmentos crediticios hasta representar a abril de 2021 el 15.6%, el equivalente a S/ 58,300 millones, según datos de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS).
La ligera reactivación de la actividad económica en los últimos meses, por la reducción de las medidas de control que permitían un aumento en el aforo y horarios de atención de los negocios, así como la reducción en la tasa de desempleo, han ayudado a que los deudores puedan pagar sus obligaciones reprogramadas, dijo Walter Leyva, profesor de posgrado en Esan.
Asimismo, señaló que quienes habían pagado puntual su préstamo reprogramado dejaron de ser registrados como tal tras seis meses consecutivos de haber cumplido con sus cuotas, lo cual contribuyó con esta caída de préstamos reprogramados.
Por número de deudores, la cifra también ha retrocedido considerablemente, desde 4.7 millones a 1.9 millones en similar periodo. Es decir, unos 2.8 millones de clientes ya han salido de la reprogramación de sus créditos.
Así como hay clientes que están cumpliendo con el pago de sus préstamos tras reinsertarse en un puesto de trabajo, hay otros cuyas deudas reprogramadas están siendo compradas por las entidades financieras, sostuvo Walter Rojas, gerente central de Negocios de Caja Cusco.
Además, algunos bancos están ampliando el financiamiento a algunos usuarios a fin de que puedan saldar su reprogramación y quedarse con un nuevo préstamo, acotó.
Riesgo de impago
Pese a la disminución de la cartera de créditos reprogramados, al cierre del cuarto mes del año un 23% de esta deuda no reporta ningún pago en los últimos cuatro meses o un solo pago en los siete meses y representan un riesgo de morosidad a futuro.
La SBS considera a estos préstamos una cartera “parada”, que equivale a S/ 13,418 millones (3.6% del crédito total del sistema financiero). Considerando solamente el segmento micro y pequeñas empresas (mypes), el porcentaje de la cartera “parada” se eleva a 35.8%. (ver tabla).
Solo el 57% de la cartera “parada”, equivalente a unos S/ 7,648 millones, tiene una clasificación normal o con problemas potenciales (atrasos en el pago menores a 30 días).
“Si bien esta cartera incluye los préstamos que se encuentran con periodos de gracia todavía vigentes, hay muchos negocios que reprogramaron y ya no existen, por lo tanto, no podrán pagar su deuda”, sostuvo Leyva.
Es por ello que estimó que entre el 15% y 30% de la cartera “parada”, es decir créditos reprogramados por un total de entre S/ 2,012 millones y S/ 4,025 millones, caerían en mora.
Rojas coincidió en mencionar que los deudores de la cartera parada son los que aún no se han logrado recuperar. Ante la posibilidad de impago, las entidades ya están provisionando lo correspondiente a este segmento, que sigue representando un riesgo, dijo.
A abril, el sistema financiero contaba con un colchón de provisiones de S/ 7,861 millones para cubrir eventuales deterioros de cartera, de acuerdo a estadísticas de la SBS.
Según los especialistas, la morosidad viene registrando una ligera alza en los últimos meses, la cual podría ser gatillada en el segundo trimestre por deudores de la cartera “parada” que no puedan cumplir con su obligación.
La tasa de la morosidad del sistema financiero se ubicó en 4.04% al término abril del 2021, superior a la registrada en igual mes del año pasado (3.48%). Por tipo de crédito, la mora más alta la tiene hoy el segmento de mypes (8.07%), mientras que por tipo de entidad, las cajas rurales son la que reportan los mayores niveles de impagos (11.25%).
Desembolsos se frenan en junio
Las expectativas para el sector financiero son buenas para la segunda parte del año. Sin embargo, también hay riesgos.
Las colocaciones de crédito suelen ser mayores en el segundo semestre, pero este año el escenario es distinto, pues a la pandemia se suma el ruido político, dijo Walter Leyva, de Esan.
“En mayo hubo cierta recuperación en desembolsos de préstamos, pero en junio se frenaron un poco por la incertidumbre sobre la nueva línea que tendrá el nuevo Gobierno”, sostuvo.
Según Walter Rojas, de Caja Cusco, el leve impulso que está tomando el sector turismo se contrasta con el reciente rebrote de contagio, así como con el nerviosismo por el eventual ganador electoral.
Algunos clientes utilizan dólares para proveerse y hacer sus operaciones, por lo que se vieron afectados por la subida del billete verde, por ejemplo, apuntó.