Redacción Gestión

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(Bloomberg).- La primavera pasada, Joost Heymeijer arribó a Burdeos con el equipo de vino de la aerolínea Emirates para una maratón de cuatro días en la que se degustaron muestras de barriles.

Terminaron comprando casi un millón de botellas como futuros, concentrándose en los famosos 60 classés crus, como Château Cheval Blanc. Cuando los vinos estén listos para beber, van a ser servidos sin costo en primera clase y clase ejecutiva de Emirates.

"Un largo viaje suena mucho mejor con una copa de Burdeos o Champagne", dice Heymeijer, quién está a cargo del catering en los vuelos de la compañía área. "Es por eso que hemos invertido US$ 500 millones en el programa de vinos en la última década". Dos millones de botellas están añejándose en una bodega en Borgoña; el resto está almacenado en Dubái.

Emirates es una de las muchas aerolíneas que está añadiendo vinos de élite a la lista de los beneficios lujosos, como camas de masaje y cocina con estrellas Michelin, como una estrategia a largo plazo para ganar la lealtad de los viajeros ricos.

Las aerolíneas eligen la mayoría de los vinos de catas a ciegas, utilizando expertos como James Cluer, quien inició el programa de Qatar Airways hace una década. El panel de tres personas de Singapur Airways incluye dos Masters of Wine; sommeliers de Rockpool Restaurant Group de Australia hacen las selecciones para Qantas Airways.

Las selecciones varían ampliamente por aerolínea y vuelo, pero los mejores champagnes son una constante. Las listas favorecen los vinos ricos y frutales por sobre los delicados y complejos, porque la presión de la cabina y la baja humedad disminuyen los sentidos del olfato y el gusto. (No todas las opciones califican como botellas de lujo; el sauvignon blanc en la suite de tres habitaciones de Etihad Airways es un modesto US$15 al por menor).

Las aerolíneas también realizan grandes inversiones en servicio. Etihad utiliza cristalería creada especialmente para la compañía aérea, al igual que Singapur. Y Qatar ha proporcionado cursos profesionales de cata de formación para todos sus 9.000 asistentes de vuelo.

¿Qué sigue? Mi predicción es sommeliers a bordo que llevan a cabo catas de vino privadas en el cielo.

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