¿Nuevos Pokémon? Nada que ver. El negocio siguen siendo los antiguos. Y es que cuando salieron Sun y Moon (las últimas versiones del vídeojuego), fueron los antiguos cartuchos de los ochentas y noventas los que incrementaron su demanda en 50%.

Así lo asegura Juan Marimón, de Mundo Retro, a El Mercurio de Chile. Pero la fiebre vintage no le pertenece solo a Pokémon. De hecho, todo el mundo gamer sufre el mismo fenómeno.

Las consolas antiguas han visto su precio incrementado entre US$ 15.5 y US$ 31. Por ejemplo, un Nintendo 64 o Super Nintendo solía costar US$ 62. Ahora puede ascender hasta US$ 93.

Las consolas más populares, entre las reliquias, le pertenecen a NES, SNES, Nintendo 64 y el Game Boy. La infiltrada en la lista es Sega Genesis.

Entre los más pedidos se encuentran Zelda, Super Mario World, Sonic, Donkey Kong y Tortugas Ninja.

¿Pero quiénes compran estas consolas? No, no son niños ni padres engreidores. El target principal de este sector son los treintañeros nostálgicos que crecieron a punta de en los diversos arcades.

Uno de los principales motivos (además del recuerdo), comenta Marimón, es que estos muchachos no contaban con el dinero para adquirir estos juegos cuando eran pequeños. Y hoy nada se los impedirá.

Lo curioso es que los niños de hoy comienzan a seguir el ejemplo de sus patriarcas.

Según Camilo Guerrero, de Hobbie Games, hay niños de ocho y 10 años que ya comienzan a preguntar por un Game Boy o un Nintendo 64.