:quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/DQFIBTDMHBE2RCQOFRBUWNPRQM.jpg)
El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, dijo que tiene el objetivo de anunciar el plan sobre la reanudación de los vuelos internacionales para el 5 de abril, una semana antes de la fecha límite para el informe del grupo de trabajo del Gobierno sobre viajes.
El martes, en una conferencia de prensa televisada, Johnson intentó moderar las expectativas, advirtiendo que “las cosas ciertamente parecen difíciles por el momento” debido a una “tercera ola” de contagios por coronavirus en varios países europeos.
El Gobierno dijo en febrero que el Reino Unido podría reabrir los viajes internacionales a partir del 17 de mayo como muy pronto. El grupo de trabajo de viajes tenía programado para emitir un reporte el 12 de abril, pero Johnson dijo que espera “estar dando nuevas noticias para el 5 de abril”.
Johnson está bajo una creciente presión de la industria de las aerolíneas para establecer un plan firme para reanudar los vuelos. Los meses de verano son cruciales para las aerolíneas de toda Europa, cuando los ingresos generalmente aumentan por las personas que van de vacaciones anuales.
Muchos de los propios colegas conservadores de Johnson también quieren ver el sector desbloqueado lo antes posible, particularmente porque más de la mitad de los adultos del Reino Unido ya han recibido la vacuna. Pero un aumento en los casos de COVID-19 en el continente significa que los planes podrían ser retrasados,
“Hay otra ola de contagios en el continente europeo entre nuestros amigos”, dijo Johnson en la conferencia de prensa. “La ola llegará a nuestras costas, no tengo dudas”. El primer ministro prometió mantener todas las medidas en la frontera bajo revisión “con la intención de proteger al país contra nuevas variantes” del virus.
El jueves, los miembros del Parlamento votarán sobre la renovación de la Ley de Coronavirus, que se introdujo el año pasado para consagrar el primer confinamiento. Pero Johnson se enfrentará a una rebelión de algunos conservadores que creen que extender las restricciones causará graves daños al bienestar de las personas.