Redacción Gestión

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Después de la universidad, tomé un camino poco convencional. Nada de trabajar por dos años en un banco o una consultoría, y ni pensar en quedarme a vivir un tiempo con mis papás. Firmé un contrato para enseñar inglés en China por un mes y decidí que planearía el resto durante el camino.

En los siguientes cinco años, viví y trabajé en Mongolia, Rusia, Tailandia, Afganistán, Siria, Kuwait, Qatar y Turquía. Enseñé inglés, trabajé como periodista independiente, escribí análisis para una consultora, y organicé fiestas para reunir a toda la gente fascinante que conocí en mi travesía.

Mis amigos me preguntaban si en algún momento retomaría mi carrera profesional después de "desaparecer" durante años. Lo que ellos –e incluso yo– no nos dimos cuenta en ese entonces es que ya estaba bien encaminada en mi carrera profesional: ser empresaria.

A medida que encontraba maneras de mantenerme en mis viajes y escogía donde quedarme, aprendí varias habilidades claves que me han servido mucho en la creación de una nueva respaldada por capital de riesgo.

En los EE.UU. nos hemos acostumbrado a procesos claros. Si alguien rompe un contrato, uno puede demandarlo. Si usted tiene un problema con alguien en el trabajo, va a RR.HH. Si un sitio web no está funcionando, presenta una queja.

En gran parte del mundo, estos servicios y estructuras no existen o no funcionan. Cuando hay un problema, tiene que solucionarlo usted mismo. Por lo general, tiene que averiguar quién es el responsable, y luego convencerlo que lo ayude a solucionar su problema.

Una vez quedé varada en la frontera norte de Badakhshan, una región autónoma que limita con Afganistán, Pakistán, China, Tayikistán y Kirguistán. Tenía tres días antes de tomar un vuelo desde Tayikistán y habían dos maneras de llegar ahí: Conducir a través del sur de Kirguistán o regresar por la frontera con Afganistán, lo cual tomaría mínimo cinco días. Hasta ese punto, había sido fácil encontrar transporte alrededor de la región, pero debido a una reciente disputa en el sur de Kirguistán, la frontera estaba técnicamente cerrada.

Mi problema se agravó por el hecho de que solo tenía US$ 200, y el cajero automático más cercano estaba del otro lado de las montañas del Hindu Kush, e incluso si hubiera sido capaz de llegar allí no tenía suficiente dinero como para comprar un nuevo boleto de avión. Con recursos limitados en un territorio desconocido y sin ningún lugar donde pedir explicación o ayuda, esta fue básicamente una nueva experiencia de vida.

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Al final, el hijo del dueño de la pensión en la que había estado viviendo encontró un conductor, y nos fuimos de puerta en puerta hasta que encontramos a alguien con buenas conexiones en la frontera. Compramos unos paquetes de cigarrillos para los guardias fronterizos, quienes estuvieron más que gustosos de dejarnos pasar, y así pude tomar mi vuelo.

Como mencioné líneas arriba, cuando uno tiene un problema en el camino, necesita encontrar a alguien que pueda ayudarlo a resolver su problema, porque no habrá un proceso obvio. Usted puede hacer esto con mayor eficacia cuando tiene una amplia red de contactos. Todas las regiones en desarrolló donde he trabajado tienen una palabra específica para influencia o conexiones. En chino es "guanxi", en árabe es "wasta". Cuanto más se tiene, y más la usa, más eficaz puede ser.

Muchos de mis colegas en los EE.UU. parecen pensar que la manera de conseguir un trabajo o entrar en un programa es aplicando. Ellos envían sus papeles y tienen expectativas razonables que de merecerlo, van a llegar a la siguiente etapa.

En las zonas menos desarrolladas, la suposición por defecto es que cualquier papel que se envía debe ser rastreado hasta su destino final, y se debe pedir al receptor (de forma amable o no) que proporcione el resultado deseado.

Una vez oí a un banquero y su aprendiz hablar sobre licencias de conducir en un país del Medio Oriente. El aprendiz, un estadounidense, dijo que estaba confundido acerca del porqué le habían negado su solicitud de licencia de conducir a pesar que había tenido mucho cuidado en hacer bien la prueba. El banquero le explicó que tenía que enviar su solicitud a través de un intermediario con "wasta" si quería estar seguro de conseguir la aprobación.

Cuando uno trata de recaudar dinero sin "wasta", va a recibir una gran cantidad de "no". Los emprendedores que crecen más rápido por lo general son los que saben usar sus conexiones en lugar de solo aventarse al azar.

Mirar "Antique Roadshow" es lo más cercano a regatear para los estadounidenses. Estamos acostumbrados a ver un precio en las cosas. Incluso cuando hay una oportunidad de negociar –por ejemplo al comprar un auto– en realidad nunca esperamos más de 25% de descuento en el precio de venta inicial.

En muchos países, el objetivo del comprador es convencer al vendedor de dar todo lo que está vendiendo de forma gratuita. Siendo realistas, se trata más de un trueque que un regalo, donde el regateo es más una norma que una excepción.

Al vivir en Turquía, me acostumbré a negociar el precio de todo, desde una botella de leche. A menudo el dinero se prescinde por completo y un elaborado sistema de favores toma su lugar. "Dame esa chaqueta de cuero gratis y le diré a todos mis amigos que vengan a comprar aquí. Arregle mi cañería y haré que mi primo arregle su auto", esa es la idea más o menos.

En el mundo empresarial, los startups no suelen tener una gran cantidad de capital semilla, por lo que sus líderes necesitan aprender cómo negociar otras cosas. ¿Qué puede ofrecer una compañía en fase de prototipo a Expedia, Google o Citibank? Tiene que venderles una historia: una opción de nueva tecnología, o acceso a un mercado difícil de alcanzar. ¿Cómo puede una startup convencer a candidatos altamente calificados a trabajar por casi nada? Usted aprenderá rápidamente a vender las fortalezas que usted sí tiene (flexibilidad, autonomía, potencial alcista) y aminorar los riesgos (quiebra).

Chris Sacca, uno de los inversores más populares de Silicon Valley, una vez tuiteó que lo único que le pidió a la gente que contrató fue que en un momento dado tenían que estar "perdidos, solos, en un lugar donde no habla el idioma local y depende de la bondad de los demás".

Al viajar, uno se encuentra en estas circunstancias todo el tiempo. He estado en todo tipo de lugares en los que, en el pasado, me hubiese vuelto loca. (Hacer autostop en el sur de Siria cuando la guerra civil estaba empezando, torcerme el tobillo a mitad de camino a una montaña en Rumania, sufrir una severa intoxicación y diarrea por comer algo nuevo en Myanmar).

Afortunadamente, en la gran mayoría de estas situaciones, uno se da cuenta que el mundo no es tan alarmante. Las cosas suelen ponerse en orden si se queda tranquilo, espera por lo mejor, y sigue adelante.

En las startups, como en los viajes, hay trampas inesperadas y momentos difíciles. No hay garantía de que usted va a llegar a la cumbre, pero en casi todos los casos va a sobrevivir, y usted estará en mejor situación por haber tomado ese viaje.