Redacción Gestión

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La instantánea del vestido que para algunos usuarios era negro con azul y para otros dorado con blanco circuló fuertemente en las redes sociales en semanas recientes, inclusive se difundieron artículos que buscaban brindar una explicación científica sobre el asunto.

Mientras ello sucedía, diversas firmas no perdieron la oportunidad de "relacionar sus marcas" con la misteriosa prenda. vistió dos figuras con las mencionadas tonalidades y, como era de esperarse, viralizó la imagen. no se quedó atrás y ofreció dos productos (para las dos combinaciones).

Así, según El Mercurio de Chile, ya no es extraño observar publicidad que se trate de integrar a lo que está ocurriendo. En efecto, tiendas de todo el mundo están explotando el fenómeno del vestido para ofrecer sus respectivos servicios.

Los especialistas señalan que se ha formado una tendencia para la publicidad "oportunista", la cual trata de vincularse a cualquier evento que llame la atención en un determinado momento. De ese modo, la clave según Camila Pazols, de Prolam está en aprovechar la contingencia para otogar un valor agregado.

La contigencia, precisamente, permite comunicarse mejor con el cliente, generar recordación y refrescar la marca, aclara Cristián Leporati, publicista de UDP. Por ello, esa clase de campañas generan beneficios para las marcas que las utilizan como "un aumento en el número de clientes".

RiesgosLa idea es no abusar de la contigencia. El publicista Roberto Arancibia recuerda así cuál es el límite. Es que, en el afán de sacarle provecho a una coyuntura, pueden cometerse desaciertos que, en lugar de favorecer a la marca, la perjudica.

Por eso, cuando la cadena Sushi House ofreció un año de sushi gratis a los 33 mineros mientras salían de la Mina San José, se le observó un accionar cuestionable. Y es que incluso la publicidad "oportunista" tiene un límite.

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