El premio nobel de Literatura Mario Vargas Llosa se sumó a la edición virtual de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Lima a través de un diálogo. El evento, organizado por la Cátedra Vargas Llosa, tuvo como punto principal el análisis del autor de “La casa verde” sobre “Ulises”, el clásico de la literatura escrito por James Joyce.
Primeras lecturas
Con camisa lila, cabellera blanca y rodeado de libros, Vargas Llosa comenta desde Madrid sus impresiones sobre la obra de Joyce. Es categórico al decir que “Ulises” es “una novela que cambió la historia de la novela”. ¿La razón? Porque creó maneras de contar que revolucionaron la literatura. “Lo dijo (el poeta) Ezra Pound en un ensayo: Todos los novelistas modernos, hayan leído o no a Joyce, son discípulos de él”, recuerda el creador de “Conversación en la Catedral”.
Sin embargo, para Vargas Llosa, como para muchos lectores, adentrarse en la historia de Joyce no es un camino fácil. “Leí la primera versión del ‘Ulises’ en una traducción muy mala. En ese tiempo sabía muy poco inglés y no me hubiera atrevido a leerlo en ese idioma”.
“Es maravilloso estar en Dublín, en Bloomsday, cuando la ciudad le rinde honor al escritor que la hizo conocida en el mundo”.
El escritor cuenta que fue recién al tercer intento que pudo terminar el libro. “Luego lo he seguido leyendo en párrafos y de principio a fin”, afirma. “Pero creo que es un libro intraducible. Irremediablemente se pierde mucho al pasar de uno a otro idioma”, sostiene Vargas Llosa.
Y es que uno de los problemas con que se encuentran los lectores de “Ulises”, sobre todo los hispanohablantes, es que el autor junta dos o tres palabras (en inglés) y crea una tercera, la cual tiene un nuevo significado. “Joyce tenía un sentido musical muy destacado. Había aprendido y soñado con hacer música desde pequeño. Estas (palabras que inventa) tienen una importancia musical extraordinaria. Es un libro que hay que leerlo en voz alta para aprovecharlo mejor”, detalla el nobel.
Censura
Otra de las razones que según Vargas Llosa ayudaron a este libro a convertirse en un clásico fue la censura que enfrentó antes de publicarse.
“La ejercen primero las editoriales, que rechazan la novela porque creen que van a ser censuradas. Ese libro incomprensible, caótico, que tiene ese desorden interno, no merece ser publicado”, cuenta.
“Es un libro que provoca un enorme desconcierto, entre otras cosas, por la libertad con que el narrador de la historia dice groserías”, apunta Vargas Llosa. “Los censores de la época se sienten asqueados con la vulgaridad de la novela”, agrega.
De haberse publicado en la actualidad, Vargas Llosa manifiesta que no se consideraría para nada la vulgaridad que hay en “Ulises”.
“En la literatura de nuestros días ya no se prohíben libros y no hay manera de ser rupturista, sobre todo en los países que permiten la libertad de expresión”, indica.
EN CORTO
- Ciudad literaria. Dublín, donde se desarrolla la novela, se convirtió en lo que las páginas de Joyce decían. “Ha ido adaptándose a la novela hasta el punto de parecerse a ella. Están todos los pubs donde Leopold Bloom (protagonista de “Ulises”) toma desayuno, incluso se celebra un día”, dice Vargas Llosa en referencia al Bloomsday, un evento en honor al personaje cada 16 de junio desde 1954.