La innovadora compañía germana Ubitricity quiere revolucionar la movilidad y solucionar uno de los principales problemas que tiene el coche eléctrico: la autonomía y la falta de puntos para recargar la batería. Para ello, y tal y como ha hecho anteriormente en Berlín, pondrá en marcha en Reino Unido un sistema para transformar las farolas del alumbrado público en puntos de carga para los vehículos de este tipo. De esta manera, se saca partido a las infraestructuras del mobiliario urbano para reducir costes y expandir las redes de carga.

La instalación tendría un precio competitivo de unas 1,000 libras equivalente a 1,142 euros y requeriría media hora de carga, teniendo que aparcar los vehículos cerca de la farola. Su uso sería muy sencillo, ya que el cliente únicamente deberá darse de alta en el servicio ofrecido por la propia compañía eléctrica y comprar un cargador especial cuyo coste no superaría las 50 libras, equipado con un contador para medir el consumo de electricidad. Así, la factura llegaría a final de mes según la electricidad consumida para la carga del coche eléctrico.

La compañía Ubitricity pretende aprovechar la fuente de alimentación que suponen los 7.5 millones de farolas de Reino Unido, ya que uno de los principales problemas para la expansión del mercado de vehículos eléctricos en el país es la carencia de puntos públicos de carga, incluso en las ciudades más pobladas como Londres, Birmingham y Glasgow. Las instalaciones ya se están realizando y numerosos distritos londinenses ya han firmado la iniciativa.

Peter Buckwell, miembro del gabinete del consejo de Richmond para las carreteras ha destacado la capacidad de esta solución para "apoyar el uso de coches eléctricos, ya que la mala calidad del aire es uno de los mayores problemas que enfrenta Londres y estos vehículos tienen un gran potencial para reducir la contaminación local".

Reino Unido no es el primer lugar donde Ubitricity lleva a cabo su proyecto de conversión de mobiliario urbano en pro del coche eléctrico, ya que ya desplegaron en 2015 en Berlín un proyecto para convertir 1.000 farolas públicas en puntos de carga para coches eléctricos. Ahora, este modelo podría exportarse a numerosas ciudades europeas.