AFP.- El mostró los apartamentos privados de la suntuosa residencia veraniega de los papas en Castelgandolfo, cerca de , abiertos al público por pedido expreso del papa Francisco, que nunca los ha utilizado y quiere transformarlos en un museo.

A partir de este sábado, los aposentos usados por los pontífices para pasar el verano podrán ser visitados por el público general, ofreciendo una mirada más íntima de la vida de los papas.

Gracias a un recorrido organizado por los Museos Vaticanos, la villa de los pontífices, localizada a 25 kilómetros al sur de Roma, con vista sobre el lago de Albano, va a pasar de residencia veraniega a atracción turística.

Este cambio se debe a una decisión del papa argentino, quien renunció desde el inicio de su papado en el 2013 a trasladarse a ese apacible rincón a las afueras de Roma a pasar los meses más calientes del año, como era la tradición.

Cumpliendo el deseo del papa, se han abierto sus espacios al público comenzando por los famosos jardines ornamentales a la italiana, luego la Galería de los Retratos de los Pontífices y ahora las habitaciones usadas por los papas como retiro de verano.

Construida sobre ruinas imperiales, entre ellas un teatro romano, con sus gradas, Castelgandolfo es la residencia más grande del Vaticano.

En la segunda planta, todavía se percibe la presencia del papa Benedicto XVI, que dejó en el escritorio doce volúmenes de léxico teológico en alemán.

Al pontífice alemán le gustaba descansar allí y tocar el piano, por eso tras anunciar que dejaba el cargo, convirtiéndose en el primer papa en renunciar en siete siglos, su último saludo como papa lo hizo desde el balcón de este edificio.

Incluso tras dejar El Vaticano, acudió a la residencia para refugiarse del calor en julio del 2015, invitado por Francisco. Una visita en la que pudo admirar por última vez el lago Albano, ubicado frente al palacio.

Antes de él, el papa polaco Juan Pablo II (1978-2005) pasó largas temporadas en la residencia e incluso mandó a construir una piscina.

El centro de atención de la visita, será la habitación del palacio, decorada en tonos verde pálido, donde pernoctaron 15 papas. Allí los visitantes podrán ver la cama individual, con una cabecera de madera y mármol, una dependencia que tiene una capilla adyacente donde se arrodillaron generaciones de papas para rezar.

Esta pieza de tamaño medio, es el lugar más acogedor para el visitante después de una serie de salas protocolarias, casi desprovistas de muebles. Allí murieron dos papas: Pio XII en 1958 y Pablo VI en 1978.

"Aquí la Historia se mezcla con las pequeñas historias", contó Osvaldo Gianoli, director de las Villas Pontificias.

Refugiados de la guerraEl lugar ya estuvo abierto al público durante el periodo convulso del final de la Segunda Guerra Mundial. Cerca de 12,000 habitantes de los alrededores encontraron refugio en la propiedad de 55 hectáreas.

La habitación del papa se transformó en una guardería donde durmieron cerca de 40 bebés, algunos de los cuales incluso tuvieron que ser colocados en la cama del pontífice. De ahí surgió el sobrenombre de "los niños del papa" y los nombres de pila que se le otorgaron a los bebés, Eugenio para algunos y Pio para otros.

"La apertura de los apartamentos privados tiene un valor simbólico y es una representación de la política pastoral del papa Francisco", afirmó Osvaldo Gianoli, director de las Villas Pontificias, en la ceremonia inaugural.

Francisco, quien tras ser electo denunció las prácticas mundanas de la iglesia, siempre ha considerado inaceptable la existencia de la pobreza en el mundo.

En el 2014 el papa argentino decidió abrir los jardines al estilo italiano de "Villa Barberini", permitiendo visitas guiadas en grupos.

Desde hace un año, los turistas pueden subir a un tren antiguo desde la estación ubicada en la ciudad vaticana para visitar una galería que representa a 51 pontífices.

Francisco, conocido por ser "antivacaciones", se ha mostrado muy hogareño y feliz de residir en un modesto apartamento de 50 metros cuadrados ubicado dentro de El Vaticano.

Desde el inicio de su pontificado el papa anunció que renunciaba definitivamente a pernoctar en Castelgandolfo, a donde sólo acudió en dos ocasiones.

Sin embargo, su ausencia tampoco es excepcional, señaló Antonio Paolucci, director de los museos de El Vaticano, quien precisó que más de la mitad de los 33 papas que podrían haber disfrutado de las instalaciones dejaron pasar este privilegio. Por ello, nada impedirá a sus sucesores volver.