tráfico
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El costo más alto de la urbanización es el tráfico. Las carreteras llenas de vehículos que van a poca velocidad significan pérdida de tiempo, acortamiento de días hábiles y contaminación. En ese sentido, los gobiernos han intentado desarrollar leyes para reducir la congestión y los investigadores han encontrado una oportunidad de mejora tras estudiar los resultados de las políticas, según un documento del Foro Económico Mundial.

Ir al volante es más caro
En el 2003, Londres implementó con éxito un cargo extra por congestión, mientras que Singapur usó tecnología GPS para aplicar su propia estrategia de precios contra el tráfico. En el caso de los países más pobres, estrategias de este tipo son más difíciles de implementar, por falta de infraestructura y tecnología necesaria.

Conducir menos días
En el caso de la India, la sofocante polución del aire en Delhi ha llevado al Gobierno a experimentar con políticas de “pares e impares”: solo se puede conducir en ciertos días, según el número de las placas. Una política similar se aplicó en Ciudad de México en 1989 con el fin de reducir la polución del aire.

‘Tres en uno’
Mientras tanto, el Gobierno indonesio intentó mejorar los flujos de tráfico con la regla para los coches privados en Yakarta. Se restringieron los viajes a vehículos que llevaran menos de tres pasajeros. Los ciudadanos se quejaron de que la norma creaba mayores inconvenientes. Con lo cual en el 2016 se suspendió.

tráfico automovilístico
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Fracaso de las políticas
Según Rema Hana, codirectora del programa Evidence for Policy Design de la Universidad de Harvard, las medidas tomadas en México y la India tuvieron un impacto mínimo.

El Instituto de Tecnología de Massachusetts demostró que, si bien se redujo ligeramente la congestión, los conductores eludían la regla de manejar determinados días según el número de la placa, cambiando a otros vehículos. Los proveedores comenzaron a vender placas viejas para que los conductores las pudieran cambiar según lo necesitaran.

Por su parte, Indonesia no tuvo los resultados esperados, pues al prohibir transitar vehículos con menos de tres pasajeros surgió un negocio informal: los ciudadanos pagaban US$ 1.10 por acompañar a los conductores y cumplir con la norma.

Oportunidad de mejora
Los investigadores de Davos decidieron medir el impacto de una política antes de su adopción y después de su abandono. Consultaron cada diez minutos, durante las 24 horas, una interfaz de Google Maps y promediaron los datos de tráfico masivos cuando estaba vigente la restricción con los flujos de tráfico tras la suspensión de la política.
Lo más sorprendente fue encontrar que la política de ‘tres en uno’ era altamente eficaz en la reducción de la congestión.

En las carreteras reguladas de Yakarta, las velocidades promedio bajaron de los 28 km/h a 19 km/h durante las horas punta de la mañana, y de 21 km/h a 11 km/h durante la tarde.

Estos hallazgos implican que las restricciones a los vehículos según ocupación en Yakarta tuvieron más eficacia que las tasas a la congestión de Londres o política de “pares e impares” de Delhi.

A medida que aumentan las megaciudades, las estrategias pueden ayudar a reducir la congestión, pero solo si se diseñan con habilidad, se aplican con eficacia y se estudia previamente.

“Las personas van a tratar de eludir las regulaciones, pero las autoridades deben considerar toda la evidencia antes de decidir suspenderlas”, puntualiza Hana.