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El maillot amarillo, la prenda que distingue al primero de la clasificación general del Tour de Francia, cumple en esta edición de la 'Grande Boucle' su centenario convertido en un objeto de deseo para todos los ciclistas y en una formidable muestra de rentabilidad publicitaria.

De la primera prenda que vistió el francés Eugène Christophe el 19 de julio de 1919 a la que distinguió al inglés Geraint Thomas en el podio de los Campos Elíseos el año pasado, o a la que actualmente defiende el francés Julian Alaphilippe, el maillot más icónico del ciclismo mundial celebra su cumpleaños número 100 en esta edición.

Conmemorando el aniversario, los jerseys amarillos impuestos a cada líder en el podio del final de cada etapa cuentan con un diseño diferente cada día, rindiendo homenaje a monumentos y paisajes icónicos franceses o a los cuatro campeones que cuentan con cinco victorias finales: el belga Eddy Merckx, los franceses Jacques Anquetil y Bernard Hinault, y el español Miguel Induráin.

El origen del maillot amarillo
Aunque es su principal icono, el maillot amarillo es unos años más joven que el Tour, ya que hizo su aparición en su sexta edición. Todo partió de una "alegre idea" del editor jefe del periódico deportivo francés L'Auto, Henri Desgrange, que también fue ciclista, anunciada en una columna del diario del 10 de julio de 1919.

"Con el objetivo de permitir a los deportistas reconocer al líder de la carrera sin dudas en el pelotón, nuestro editor jefe, Henri Desgrange, ha decidido que en el futuro el corredor que ocupe la primera posición en la general llevará un maillot especial", señalaba el periódico organizador entonces del Tour, antecedente directo del actual L'Equipe, que le sucedió en 1946.

No se tomó la decisión en una edición cualquiera, sino en la que se disputó nada más concluida la Primera Guerra Mundial en 1919, contienda que se cobró la vida de tres ganadores de la carrera (François Faber, Octave Lapize y Lucien Petit-Breton). Por entonces ya se debatía sobre la dificultad que tenían aficionados e informadores para distinguir a los principales corredores.

Según reveló el periodista francés Jean-Paul Rey en su biografía de Eugène Christophe, el primer líder de amarillo, fue el entonces director de equipo y exciclista francés Alphonse Baugé el que sugirió a Desgrange la idea y le persuadió sobre su potencial publicitario, lo que le llevó a que el color fuera el mismo amarillo que distinguía el papel de las páginas de L'Auto.

La prenda, de color amarillo canario -aunque también hay relatos que indican un amarillo más oscuro-, fue presentada en Grenoble el 18 de julio y lucida por Christophe a partir de la undécima etapa.

Sin embargo, el maillot amarillo no dio suerte a su primer portador, que vio cómo se rompía la horquilla de su bicicleta en la penúltima etapa, lo que llevó hora y diez minutos de reparaciones al corredor francés y dio el triunfo final al belga Firmin Lambot, primer corredor de amarillo en los Campos Elíseos de París.

La tragedia de Christophe conmovió al público galo, que recaudó 13.300 francos de la época para él en una recaudación pública, el doble de las ganancias de Lambot como ganador.

Aunque esta es la historia oficial del origen del jersey más famoso del ciclismo mundial, también tiene su versión apócrifa: la del belga Philippe Thys, ganador de tres Tours (1913, 1914 y 1920), que aseguró en los años 50 que Henri Desgrange le propuso llevar un maillot amarillo en las ediciones de 1913 y 1914, cinco años antes.

Merckx, el corredor con más maillots amarillos
Desde aquel primer maillot al actual, varios centenares de corredores han hecho honor a la prenda, con el 'Caníbal', el belga Eddy Merckx, como el principal coleccionista de jerseys, con 97 días de amarillo entre sus cinco victorias en la carrera.

Le sigue, con 76 jornadas con la prenda amarilla, otro miembro del club de los ciclistas con cinco Tours, el francés Bernard Hinault, y con 60 el español Miguel Induráin, el único que logró sus cinco victorias de forma consecutiva.

El primero en activo es el inglés Chris Froome, con 59 maillots logrados en sus cuatro victorias, por delante del otro pentacampeón, el galo Jacques Anquetil, que logró llevar la prenda 51 días.

Un icono publicitario
El maillot más reconocido del ciclismo mundial también ha sido durante gran parte de su historia un icono publicitario. Desde la elección del color vinculada a L'Auto, el primer acuerdo con una marca comercial para su elaboración fue con la marca textil francesa Laines Sofil, que pagó en 1948 unos 10,000 francos para elaborar un jersey amarillo con las iniciales HD, por Henri Desgrange.

La bebida francesa Suze, la marca de electrodomésticos Calor, la aseguradora Le Soleil, la marca de cerveza Bière Champigneulles, la de mantequilla Viluz, la petrolera Shell, la marca de helados Miko o la bebida de chocolate en polvo Banania tuvieron a la icónica prenda como soporte publicitario... Hasta que en 1987 hizo su aparición el banco francés Crédit Lyonnais.

La entidad gala -hoy renombrada LCL y parte del conglomerado empresarial financiero que encabeza Crédit Agricole- ya apoyaba la carrera desde 1981, pero fue seis años después cuando tomó el control del jersey de líder, con la victoria aquel año del irlandés Stephen Roche.

Con el paso de los años, el león distintivo de la marca que se entrega a cada líder de la general se ha convertido en un icono más del Tour, aunque ya no forme parte de la imagen de la entidad, cuyo color predominante es ahora el azul y no el amarillo, y que cuenta con el exciclista francés Raymond Poulidor (eterno 'segundón' del Tour, tres segundos y cuatro terceros puestos) como embajador.

LCL mantiene su apuesta por el Tour hasta el punto que en el 2018 firmó un nuevo acuerdo con la empresa ASO, organizadora de la prueba, para seguir patrocinando el maillot amarillo hasta la edición del año 2022, a cambio de aproximadamente 10 millones de euros por año, en un acuerdo en el que también están incluidas otras pruebas: Paris-Niza, Paris-Roubaix y el Critérium du Dauphiné.

Según datos de ASO, el impacto publicitario generado por la cobertura en prensa y televisión de la 'Grande Boucle' devuelve la inversión al banco con creces, ya que está valorado en 140 millones de euros. Además, LCL es la marca más asociada al Tour por los franceses, con una vinculación del 31%, afirma la organización.

La rentabilidad publicitaria para la entidad francesa es indiscutible, pero en 32 años estampando su logotipo en el maillot amarillo, nunca ha visto a un francés llegar con él a la meta de París. El último fue, en 1985, Bernard Hinault, con el jersey patrocinado por Banania.