Tiara
Tiara

Durante décadas, la tiara fue, en el mejor de los casos, una pieza retro de bisutería. Sin embargo, este accesorio clásico ha estado apareciendo en las pasarelas de moda de la talla de Saint Laurent y Miu Miu, así como en series de televisión que se pueden ver de a varios capítulos de una vez, como y Victoria, sin mencionar The Crown.

Incluso la lleva un uniforme que incluye una tiara que usa como arma. La joyería británica Garrard & Co. también ha notado un resurgimiento.

Desde hace mucho tiempo sinónimo de realeza, el proveedor oficial ha sido el joyero oficial de la corona durante casi 200 años y es la compañía a la que el príncipe Carlos encargó hacer el anillo de compromiso para la fallecida princesa Diana de Gales.

Según Claire Scott, jefa de diseño de Garrard, la compañía ha registrado un aumento en los pedidos privados de tiaras este año.

"Cuando empecé en el oficio, se fabricaban tiaras, definitivamente unas cuantas, pero no tantas como vemos ahora", dice Scott, sentada en un sofá en la elegante tienda completamente de color beige, junto a la calle Bond Street, en Londres; el taller está arriba.

Ella estima que su equipo trabajará en 20 tiaras personalizadas este año, lo cual, en este aire enrarecido, se considera un gran repunte. Bajo la dirección de Scott, Garrard también ha presentado una gran colección de tiaras prêt-à-porter.

Parte de la razón, de acuerdo con Scott, es que las tiaras son indefectiblemente favorecedoras. Estas mini-coronas tienden a alargar el cuello y enderezar la espalda; el peso total de una hará que incluso el más desgarbado se vea más alto. "Te da una sensación diferente, una postura diferente", señaló. "Eso es algo que le gusta a la gente. Los sorprende".

Princesa Diana
Princesa Diana

También son piezas de joyería que sin lugar a dudas dan estatus. Históricamente, lucir una tiara era una señal tácita de riqueza y la asociación con riqueza y poder ha persistido.

Lo que distingue a la tiara de un mero tocado es una cosa: el armazón, que rodea la cabeza y que queda oculto con cintas y el cabello tomado. Es puramente funcional, lo que permite que las tiaras que pueden ser incómodas se usen más cómodamente en la cabeza.

Tradicionalmente, dice Scott, las tiaras eran convertibles. Las criadas podían desenganchar minuciosamente las gemas del marco, para que la misma pieza se pudiera usar como collar. Algunos de los últimos pedidos de Garrard ofrecen esta función.

La etiqueta también ha sido parte del aura de la tiara. Por ejemplo, las damas reales no usan tiaras hasta que están casadas. "La primera vez que usas una tiara sería el día de tu boda", dice Scott.

Hoy, sin embargo, estas mini-coronas están hechas a la medida para una clientela joven y glamorosa. Y nada ha estimulado más el renacimiento de la tiara que el efecto princesa, a través de Elsa de Frozen, , o las próximas nupcias para Meghan Markle.

Después de la muerte de la princesa Diana en 1997, hubo un período de 10 años en que la realeza británica no usó tiaras, ya sea por edad o por inclinación. Pero eso ha cambiado en los últimos cinco años: pronto, dos princesas casadas podrán atacar el joyero real.