(Foto: Brett Beyer)
(Foto: Brett Beyer)

Un edificio sobre ruedas, bautizado "The Shed", es la última novedad de Nueva York, la sede de una institución artística en la que se han invertido US$ 500 millones y con el que la Gran Manzana pretende seguir al frente de la vanguardia cultural.

Ideado para acoger todo tipo de eventos, desde conciertos, obras de teatro, exposiciones o conferencias en sus ocho pisos de altura y 18,500 metros cuadrados, "The Shed" se ha presentado al mundo como una organización que recibirá con los brazos abiertos a una nueva generación de artistas, de todos los campos y de variado origen.

"Hay muchas instituciones excepcionales en esta ciudad. Algunas de ellas tienden a centrarse en el pasado, pero 'The Shed' es sobre el futuro", dijo en el acto de presentación del centro el vicepresidente de su consejo de dirección, Jon Tisch.

Y para subrayar su propósito innovador, a los arquitectos no se les ocurrió otra cosa que asentar parte del edificio sobre unas enormes ruedas de ferrocarril con el objetivo de poder desplazarlo y crear un espacio multifuncional, capaz de expandirse o encogerse según las circunstancias y necesidades.

Se trata de un enorme "cascarón" de 37 metros de altura, fabricado con materiales traslúcidos en colores plateados, que recubre parte de la construcción, como un envoltorio abombado que tiene el objetivo de proteger su frágil contenido.

Como explicó en el evento la arquitecta principal de "The Shed" o el cobertizo, Elizabeth Diller, esta pieza está situada sobre seis ejes con un total de ocho ruedas ferroviarias de casi dos metros de diámetro que permiten que la estructura se mueva hacia delante para multiplicar por dos el espacio diáfano destinado a los mayores eventos, denominado "The McCourt".

"El edificio tenía que ser muy flexible, hasta el punto de que se pudiera cambiar su tamaño bajo demanda", apuntó Diller, que señaló que se comenzó a trabajar en el diseño de "The Shed" hace más de una década, en 2008, para crear una infraestructura "ágil e inteligente".

Una vez desplegado, "The McCourt", en honor al empresario Frank McCourt que donó US$ 45 millones para el proyecto, suma 1,600 metros cuadrados de un espacio insonorizado y de temperatura regulable, y con una capacidad total de 1,250 personas sentadas o 2,000 de pie.

La cubierta se mueve sobre raíles, un detalle con el que se rinde homenaje al lugar que ocupa en edificio, sobre una antigua zona de aparcamiento de trenes, que este año se ha transformado radicalmente para convertirse en una de los centros neurálgicos de Manhattan.

La novedosa estructura, presume la institución, necesita sólo de doce motores que suman una potencia de 180 caballos -un Toyota Prius tiene un motor de 134 caballos-, y puede quedar completamente desplegada en cinco minutos.

"The Shed" es el último de los edificios que se han inaugurado que forman parte del colosal proyecto inmobiliario de Hudson Yards, descrito como el "nuevo barrio" de la zona oeste de Manhattan, formado por un centro comercial de 90,000 metros cuadrados, seis rascacielos, un colegio, y varias hectáreas de zonas ajardinadas.

Ahora, se le suma este centro cultural, que además del "McCourt", cuenta con dos pisos de galerías que suman más de 2,300 metros cuadrados, un teatro con 500 butacas que puede quedar dividido en dos, y amplios espacios abiertos de otros 1,300 metros cuadrados para acoger reuniones de artistas con el objetivo de impulsar la innovación.

El viernes, "The Shed" arrancará su programa con una serie de cinco noches de conciertos, "Soundtrack of America", un evento ideado por el director de cine británico Steve McQueen, que celebra el impacto y la historia de la música afroamericana en Estados Unidos.

Además, desde el sábado y hasta el 2 de junio, una actuación en vivo en combinación con una exposición rendirá homenaje a artistas de la talla de Steve Reich o Gerhard Richter, mientras que la islandesa Björk ofrecerá conciertos donde fusionará música con efectos visuales desde el 6 de mayo al 1 de junio.

También podrá verse sobre el escenario "Norma Jeane Baker of Troy", de la poeta canadiense Anne Carson, protagonizado por Reneé Fleming y Ben Whishaw.

A estos eventos, y a los que ofrecerá en el futuro, tendrán acceso gran parte de los neoyorquinos, y no sólo los de gran poder adquisitivo como suele suceder en la ciudad de los rascacielos, con una porción de sus entradas que se podrán adquirir por US$ 10, según la organización.