Redacción Gestión

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El inició el último lunes con novedades. Además del polémico de la BBC y BuzzFeed News –en el que aseguran que 16 jugadores habrían amañado partidos–, los números de la nueva edición se han incrementado para los ganadores. Este año se repartirán US$30 millones, 10% más que el torneo del 2015. De este monto, el campeón obtendrá US$2.350,000 y los finalistas US$1.175,000.

El cuadro masculino y femenino de singles está compuesto por 128 tenistas ATP y 128 tenistas WTA. Sin embargo, mientras 104 tenistas hombres entran de manera directa al torneo, 108 mujeres lo hacen de la misma forma. El resto ganan un cupo por fase previa e invitaciones.

Este año el Abierto de Australia espera superar la audiencia del 2015, cuando se obtuvo un récord absoluto en la historia con 703,899 espectadores. Entonces se dejó atrás las cifras del 2012, cuando lo vieron 686,006 personas.

Por otro lado, los asistentes al torneo se repartirán entre los estadios Rod Laver (con capacidad para 15,000 personas), el Hisense Arena (10,000), Margaret Court Arena (7,500) y otros dos colosos con capacidad para 3,000 espectadores.

Tema logísticoEn el Abierto de Australia trabajan 2,600 personas, incluyendo recoge bolas, acomodadores, personal de marcadores, jueces de silla, acomodadores y personal de abastecimiento.

Además, en el torneo se emplearán nada menos que 48,000 pelotas de tenis Wilson, suministrador oficial. En cada partido se utilizarán seis pelotas nuevas por calentamiento y durante los siete primeros juegos del partido. Luego se emplearán seis pelotas nuevas por cada nueve partidos.

En cuanto a las raquetas, la marca oficial es Yonex, que elabora más de 4,000 para el torneo. Asimismo, los tenistas emplean unas 17,500 toallas y beben 17,850 litros de agua entre todos.

El Abierto de Australia supone un ingreso económico de US$60 millones a la economía del estado australiano de Victoria.

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