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Es probable que Suiza sea la ganadora de la Copa del Mundo de fútbol que tendrá lugar en Rusia este año, independientemente de quién acabe llevándose el trofeo.
Al ser la sede de entidades deportivas tales como la FIFA, la UEFA y el Comité Olímpico Internacional, su economía recibe un impulso cada dos años cuando se celebran grandes eventos, independientemente de los resultados del equipo suizo o de dónde tenga lugar el torneo.
Esto se debe gracias a una peculiaridad de metodología internacional para calcular el producto bruto interno, la cual requiere que los ingresos y las tasas de licencia de torneos se registren en el país donde se encuentran las organizaciones anfitrionas.
En años en los que se celebran torneos como la Copa del Mundo o los Juegos Olímpicos, la tasa de crecimiento del PBI anual de Suiza recibe un impulso de entre 0.1 y 0.2 punto porcentual, según cálculos de la Secretaría de Estado de Asuntos Económicos. Y hay un efecto negativo en los años en los que no se celebran grandes eventos.
El organismo que gobierna las federaciones de fútbol en todo el mundo tiene su sede en Zúrich, mientras que la UEFA, su contraparte europea, se encuentra en Nyon, junto al lago Lemán. El COI está en Lausana.
Por ello, incluso si la Copa del Mundo acaba en Alemania o Brasil este verano, los aficionados en Suiza tienen un consuelo. Al menos el dinero recaudado a través de los derechos de licencia "por definición pertenecen a la actividad económica suiza", según Ronald Indergand, jefe de análisis económicos a corto plazo de SECO.