Redacción Gestión

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Un e revela que dos de cada tres víctimas de asaltos a viviendas no se sienten seguras en su casa, llegando incluso a imaginar escenarios de muerte.

"Una de las de estrés debido a la exposición al daño que pudo ocasionar en la familia, por lo que suelen generarse pensamientos de angustia, miedo y hasta la creación de escenarios de muerte", explica Ricardo Fabris, especialista en psicología.

Según el estudio, es común que las , no duerman en casa tras producirse el suceso, presenten un alto grado de sensación de inseguridad y tengan dificultad para conciliar el sueño.

Asimismo, indica que este sentimiento de inseguridad está presente en los niños hasta un año después de ocurrido el delito.

Fabris indicó que las consecuencias no solo impactan en la esfera emocional de la víctima, sino también en el aspecto social, económico y físico, si hubo uso de la violencia, llegando a generar cambios significativos en el estilo de vida.

"Aunque el estudio revela que la mayoría de los robos a casa se da cuando las familias están fuera, las consecuencias psicológicas siempre se harán evidentes en sus integrantes. Por ello es recomendable recibir ayuda profesional y fortalecer los vínculos familiares y sociales para evitar complicaciones que lleguen a afectar la salud física de las víctimas", agregó el especialista.

La central de operaciones de revela que el 90% de los asaltos a viviendas se lleva a cabo cuando las casas están sin gente y el 79% de los peruanos acostumbra a dejar su casa sola por más de dos horas al día convirtiéndola en blanco fácil de los delincuentes.

Estos registros también evidencian que las horas de mayor incidencia de este delito es entre 2:30 am y 12:00 del mediodía, por eso los expertos de Verisure recomiendan romper con los horarios rutinarios de entrada y salida del hogar para evitar acciones de reglaje por parte de los ladrones.

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