Es sabido por todos que el televisor es un objeto distractor a la hora de comer y, por lo tanto, no es recomendable. Y es que el problema es que los distractores en el medio donde se come determinan que se pierda el registro de la comida ingerida.

Actualmente, dispositivos como el smartphone son llevado a la mesa por los adolescentes, y esto, muchas veces, lleva a un consumo mayor de calorías y a una selección de .

En la Universidad de Minnesota, EE.UU., se llevó a cabo una investigación acerca de la relación entre el consumo de tecnología y el impacto en la comunicación familiar, hábitos alimentarios, etc. Los resultados fueron publicados en la conocida Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics en el año 2014.

En él participaron unos 1,800 padres y concluyó que el uso de smartphones o tablets durante la comida lleva a una menor comunicación familiar y a una mala selección de alimentos, ya que se consumen menos ensaladas, frutas o jugos naturales, y más grasas, azúcares y sal.

El estudio también concluyó que quienes estaban más conectados eran las mujeres adolescentes.

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Y el problema está en la inercia que genera comer sin prestar atención a lo que se tiene servido ni al registro de saciedad. La atención está puesta en el aparato y, por ende, también se mastica menos y más rápido, sin atender lo que se está comiendo.

Es posible cambiar los hábitos de alimentación de los hijos. Para ello, es fundamental el rol de los padres. Comer en familia, planificar actividades al aire libre en movimiento, aumentar el consumo de frutas y verduras de estación, generar conciencia al elegir lo que se compra y promover preparaciones culinarias saludables, son acciones que se pueden tomar para guiar a los hijos en los buenos hábitos, y para ello también es necesario el límite.

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Diario El Observador de UruguayRed Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)