Redacción Gestión

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Célebre es la pugna mundial entre millonarios excéntricos por tener el barco más grande. Paul Allen, Larry Ellison, Jim Clark o Roman Abramovich han sido en algún momento protagonistas de esta guerra de esloras que en ocasiones se ha decidido por un par de metros. Ahora un estudio de diseño ofrece a una gran fortuna la posibilidad de distanciarse definitivamente de sus oponentes a bordo de un petrolero reconvertido en superyate.

Con 280 metros de eslora y 57 de manga, este proyecto del estudio Motion Code:Blue bautizado con el nombre de Imara dejaría al Azzam hasta la fecha el yate privado más largo con 180 metros como poco más que un pequeño crucero familiar.

Con estas dimensiones, a bordo del Imara hay espacio para absolutamente todo. Según el diario Daily Mail, la nave cuenta con 11 cubiertas, tres helipuertos, dos helicópteros para emergencias, canchas de tenis y baloncesto, garajes para todo tipo de embarcaciones de hasta 30 metros, beach clubes, teatro, gimnasio, un gigantesco spa, restaurantes… Sin embargo, lo más impactante de la oferta es una pista de esquí de cuatro alturas.

La plataforma de la embarcación es un buque suezmax, tipo de petrolero que llega a consumir hasta 60 toneladas de combustible en un solo día, por lo que para llenar el depósito habría que desembolsar varios millones de euros.

Este descomunal gasto de combustible sólo podría afrontarlo alguien cuya fortuna provenga precisamente del petróleo. Al menos ésa es la idea de los creadores del proyecto. "Hemos desarrollado el primer yate/petrolero del mundo; se llama Imara, que es la palabra árabe para 'emirato'", explica al Daily Mail el director de Motion Code:Blue, Christian Gumpold.

"El concepto del estudio de diseño era mejorar la estética de los actuales petroleros desarrollando un yate basado en uno de esos buques y en el que se han destacado las preferencias de los clientes de Oriente Medio, dispuestos a mostrar su orgullo nacional y los recursos del país, utilizando un petrolero reciclado y transformado en una residencia de lujo flotante", añade el responsable del Imara.

Aunque muchos son los que consideran inviable el proyecto, lo cierto es que los más poderosos del golfo Pérsico son los únicos que podrían ser seducidos por un lujoso superpetrolero. No en vano, más de la mitad del actual 'top10' de los barcos más largos del mundo son suyos.

Diario ExpansiónRed Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)