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"Dirigir un equipo sin perder los valores básicos". La frase podría aparecer en el diccionario como significado de lo que debe hacer un buen directivo, pero en realidad es una de las bases del bushido o camino del guerrero. Un código de conducta para los samuráis, la élite militar que durante cientos de años defendió a los señores feudales.

¿En qué se parece un samurái a un directivo? A pesar del espacio temporal que separa a los unos de los otros, el modo de actuar apenas ha variado. "Un buen samurái se rige por tres principios fundamentales: la lealtad, el valor y el deber". Aunque los valores sean los mismos que se promulgan en cualquier MBA actual, el entrecomillado fue escrito en el siglo XVIII por Yamamoto Tsunetomo.

La editorial acaba de publicar en España su obra "Hagakure. El camino del samurái".

En el libro, un clásico de la literatura japonesa, el autor trató de transmitir a las generaciones venideras un compendio de anécdotas y reflexiones sobre el código guerrero de estos importantes personajes históricos."Si tuviésemos que relegar a cada hombre que hubiese cometido un error, no quedaría gente de valía".

La inspiración de AlonsoDos siglos después de su publicación, "El camino del samurái" se ha convertido en el libro de cabecera de personajes famosos, empresarios e incluso deportistas que han conseguido extraer lecciones de liderazgo y aplicarlas en el siglo XXI.

Fernando Alonso es uno de sus lectores y lo ha citado en varias entrevistas, ruedas de prensa y en las redes sociales: "El samurái es una manera de recordarme quién soy, de dónde vengo y la fuerza que tengo que tener cada día", sentenciaba. Tanto le inspiró esta élite militar que hasta se tatuó un guerrero en la espalda.

El libro hace hincapié en la necesidad de rodearse de un buen equipo; saber cuándo pedir, y dar, consejo: "Antes de opinar, hay que tener en cuenta si la otra persona está en disposición de aceptar nuestra opinión". Y de la actitud recomendable frente a un interlocutor: "Nunca se bajará la cabeza, pues significará dejadez ni se tendrán las manos en los bolsillos".

Mismos principiosNo cabe duda de que esta élite militar ya no existe en el mundo, y que lo más cercano que hay hoy en día a "nuestros señores" son nuestros jefes.

Las artes marciales han virado hacia el arte de la negociación; la actitud del guerrero ha quedado en protocolo y la senda de la que tanto hablaban los samuráis ahora es la trayectoria de uno mismo.

Los conceptos han cambiado, pero los principios de Hagakure siguen teniendo la misma vigencia y pueden seguir siendo fuente de inspiración en nuestros tiempos.