Durante las últimas semanas, el pisco ha sido tema de controversia por su origen de producción. Por esto, resulta pertinente realizar una ruta para conocer sus principales zonas de elaboración.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que la denominación de origen "pisco" comprende cinco regiones de la costa sur del Perú: Lima, Ica, Arequipa, Moquegua y Tacna.

Cada una tiene sus particularidades, por lo que los especialistas consultados sugieren planear uno o varios recorridos en cada región (ver gráfico).

Dos rutas en Lima: norte y surEn el norte de Lima se puede establecer una ruta que va desde la provincia de Huaral (bodega Alvanor) al distrito de Pativilca (fundo de la familia Vásquez), pasando por Huacho (Viña Barzola).

Por otro lado, la ruta del sur puede iniciar en la planta de producción de Queirolo, en Pachacámac, y concluir en Aztipia.

Otro recorrido es el valle alto del río Cañete, donde son imprescindibles las bodegas Los Reyes, Santa María, El Rosedal, Antigua Bodega Rivadeneyra y El Fundador de Cañete.

Ica, artesanal y tecnológicaEn la provincia de Chincha abundan las pequeñas bodegas artesanales, sin embargo, Jorge Llanos, director académico del Instituto del Vino y del Pisco de la Universidad de San Martín de Porres, sugiere priorizar las grandes bodegas con tecnología desarrollada.

En la ciudad de Ica se puede incluir el hotel hacienda El Carmelo y Viñas Queirolo, mientras que en Pisco destaca la Bodega 1615.

Además, otras opciones a considerar son las históricas bodegas Viejo Tonel, La Caravedo, San Isidro (del siglo XIX), San Juan de Bellavista y La Blanco.

Arequipa, Moquegua y TacnaEn Arequipa hay dos zonas marcadas para visitar: Caravelí (Chirisco, Buen Paso, Cuyo Cuyo y Huachipa) y el recorrido desde La Joya hasta el valle de Majes, donde se recomienda la bodega Estremadoyro, una de las más antiguas del Perú.

Moquegua tiene solo 13 bodegas, entre las que destacan Biondi, Norvill, El Mocho y Parras y Reyes.

Aunque la actividad pisquera de Tacna ha decrecido, algunas bodegas imperdibles son Cerro Blanco, Bodega San Antonio y Vitivinícola San Miguel.

Haciendo caminoMás allá de la división por regiones, los especialistas también sugieren diseñar una ruta propia eligiendo una temática. Algunas opciones son planear un recorrido según el tipo de bodega (visitar solo artesanales o solo industriales) o ir en busca de la mejor cepa.

Manuel Cadenas, director de la Semana del Chilcano, recomienda "buscar la mejor Quebranta en Lima o la mejor Uvina de Lunahuaná y recorrer las bodegas probando una a una, conversando con sus productores".

Más allá de la degustaciónEn opinión de Cadenas, es enriquecedor visitar las bodegas durante el verano, cuando los asistentes pueden participar en la vendimia y presenciar la fermentación y destilación del producto.

En tanto, en invierno se puede asistir a la poda, etapa en que se diseña y prepara el viñedo para la siguiente cosecha.

Por su parte, Llanos propone que los visitantes preparen su propio acholado (mezcla de distintas variedades de uva). "Cada uno va a sentir que está armando su propio arte", asegura.