(Foto: Jessica Vicente)
(Foto: Jessica Vicente)

Rosanna Ramos-Velita dejó su natal Ica para estudiar Ingeniería Electrónica en EE.UU. Era la década del 80. “No había forma de comunicarme con mi familia. El minuto de llamada me costaba US$ 25”, relata la ejecutiva. Así que se graduó en tres años y como la mejor de su clase para volver pronto a Perú.

A pesar de eso, en una sociedad donde era poco usual ver a mujeres ocupar cargos de liderazgo, Ramos-Velita tuvo que enfrentar estereotipos machistas antes de convertirse en presidenta del directorio de Caja Los Andes.

¿Era reducida la presencia de mujeres en su entorno laboral?
Las únicas mujeres que había eran las secretarias. Era la primera mujer hispanoamericana en el laboratorio de diseño de chips.

¿Se ayudaban entre ustedes?
Mi secretaria me contó que los viernes mi jefe y mi compañero se iban a tomar y ya no regresaban por la tarde. Los lunes tenían otros proyectos y yo no. Entonces les dije que también quería ir con ellos y ser parte de los negocios.

¿Hacen falta oportunidades?
En el mundo y en cualquier industria ya no es un modelo sostenible que la mujer no tenga el mismo acceso al liderazgo.

Entonces, ¿ ha tenido malos jefes?
Todo el tiempo (ríe). Una vez me enteré que a mi par le subieron el sueldo. Cuando lo solicité, mi jefe me dijo: “Él se acaba de casar, tú eres soltera, ¿para qué quieres ganar más?”. Ahora tengo más fe en las chicas. Están más empoderadas, conocen sus derechos y su potencial

¿Cómo debe ser un buen líder?
Lo bueno de tener experiencia es que puedes compartirla. (Pero) a veces pienso que a los jefes hay que ponerlos a un lado y empezar a hacer todo de forma digital. Me encanta trabajar con jóvenes porque llegan con una visión distinta y no le tienen miedo a nada.

¿Cómo motiva a su equipo?
Mi equipo viene de las comunidades más profundas del Perú. Me costó un año que creyeran que no tienen nada que envidiar a los grupos de Wall Street, Citibank o Warthon.

¿Cuál es su talón de Aquiles?
Uno, exijo demasiado. A veces quiero las cosas para anteayer. Dos, tengo la visión tan clara de lo que quiero hacer que me es difícil empatizar con la incertidumbre de mi equipo ante el cambio.

¿Qué miedos le han hecho dudar?
Pensar en el tiempo. Es un error que cometes de joven. Cuando me gradué veía todo a corto plazo. Si en los próximos cinco años no llegaba a una meta, no era éxito. Ahora le digo a mi equipo: “Todavía tienen en promedio 40 años de vida profesional”.

¿Ahora se toma el tiempo necesario?
Unas de las cosas que ahora disfruto bastante y que hacen los jóvenes es tomar seis meses libres.

¿Y se considera una persona exitosa?
Sí, feliz y satisfecha. Ver los números y el crecimiento está en mi ADN, pero lo que más me motiva es ver cómo surgen mis clientes y mi equipo.

¿Cómo es una cita con sus clientes?
Los visito en el campo. Siempre estoy probando quesos o compartiendo una pachamanca. Ya me conozco todos los platos típicos. También he aprendido un poco de quechua.

¿Cuáles son sus pasatiempos?
Hace siete años practico tenis. Tomé clases por más de un año y no le podía dar a la bola (ríe). Ahora juego bastante y voy a torneos.

¿Es fanática de algún tenista?
Me encanta Serena Williams. Se está transformando en una líder de otro nivel e impacto.

En Corto

Anécdota. Ramos-Velita señala que no se debe olvidar a quien da la primera oportunidad. Para ella fue su madre. “Era empresaria, tenía una farmacia. Le dije que quería manejar la caja. Ahí aprendí a dar vuelto, a hacer las matemáticas rapidito. Los clientes me miraban y les decía ‘Sí sé sumar’. Tenía 8 años”, recuerda.

Hoja de Vida

Nombre:
Rosanna Ramos-Velita.
Cargo:
Presidenta del directorio de Caja Los Andes.
Edad:
56.
Educación:
Ingeniería Electrónica en la Universidad de Dakota del Norte.