Rita Solf es una de las guionistas de Del Barrio Producciones. Con el plan de dirigir películas en mente, empezó a escribir series de 30 capítulos para espacios de verano en televisión. Y luego asumió el reto de las novelas de más de 80 capítulos. Solf conversa con Gestión sobre lo que es trabajar para una de las productoras de mayor éxito en televisión y responde a las críticas.
¿Cuándo considera que un producto suyo alcanza el éxito?
Es un tema complicado. Existe una satisfacción en cuanto al rating, pero este es un número que dura un día. Así que yo no considero éxito el que millón y medio de personas vea tu contenido.
¿Entonces?
A algunas personas les interesa lo que estás elaborando porque los mueve y a las que no, les generas conversación. Mi satisfacción es escribir para ver cosas que en la vida real no pasan como que los fiscales atrapen a los antagonistas.
A pesar de las críticas, los proyectos de Del Barrio llevan mucho tiempo en televisión…
Sí, están los ‘haters’ (ríe), pero más allá hay gente muy atenta al contenido porque le molesta cómo reaccionan los personajes o que no haya un mensaje ejemplificador como desearían. Esto es algo filosófico, pero nosotros mostramos el espejo, es decir, solo un fragmento de la realidad.
¿Cree entonces que a algunos espectadores les molesta verse reflejados en las novelas?
Cuando tienes un problema, pero no eres consciente de este, puedes sentir que un consejo es invasivo. Entonces, por ejemplo, ponemos una escena en la que la mujer perdona el primer engaño del esposo. Y la gente dice: “¡Estamos hartos de eso!”. Y respondemos: “También nosotros, pero sigue sucediendo y hasta que no lo vean, no se van a dar cuenta que deben cambiar”.
¿El guionista tiene en sus manos el destino de una novela?
El trabajo del guionista acaba con la entrega del guión. La producción cambia, hace y deshace. Escribimos líneas con diálogos racistas considerando que pueden impactar al espectador para reflexionar, pero a veces los directores lo cambian y nos damos cuenta cuando lo vemos al aire.
¿Qué tipo de temas se discuten con la producción?
El filtro siempre es Michelle Alexander. Si algo no le parece, se le explican las razones por las que un personaje actúa así. Ella nos podría retornar, por ejemplo: “Al ama de casa eso no le va a gustar”.
Surge la preocupación por mantener a la audiencia…
Michelle siempre está pendiente del público y del canal, porque al final lo que producimos es un espacio para una venta de auspicios. Lo comercial es el negocio del canal. Y tratamos de meter el mejor contenido posible, pero si no lo ve nadie, no le interesa.
¿Hay o no televisión basura?
Existe contenido de televisión que no construye algo positivo dentro de un sistema de valores ideal. Hay programas vinculados al hábito del chisme y, aunque no queremos ser la vieja chismosa, lo somos también. Solo que los adultos no lo tomamos en serio, sino como entretenimento cómico. En cambio, los niños sí lo absorben y con ello van a construir el futuro.
¿Cuál sería el contenido ideal de la televisión peruana?
Es difícil decirlo porque el contenido responde a las empresas. En base a eso, se trata de construir una audiencia sólida que sea constante. Cada canal asegura su parte de la torta publicitaria. El único canal que funciona distinto es TV Perú y es el canal que tiene mejores contenidos, pero no es el más visto.
¿Se puede conseguir el equilibrio entre ambos deseos?
Tal vez puede ser mejor, pero este contenido atrae a los niños entre 8 y 13 años. Si no estuviesen viendo este contenido, ¿qué estarían haciendo? Hay personas que dicen que deberíamos estar viendo cosas más serias, profundas, pero la TV no tiene esa misión.
Hoja De Vida
Nombre: Rita Soif.
Cargo: Guionista de Del Barrio Producciones.
Estudios: Comunicaciones en la Universidad de Lima.
Producciones: “Yo no me llamo Natacha”, “Locura de Amor”, “Mi Esperanza”, “En la piel de Alicia”.
La TV es un trabajo colectivo, pero jerárquico, no horizontal como quisiera yo”.