(Bloomberg).- Fergus entró a Daphne's, un restaurante italiano en el elegante barrio londinense de South Kensington, lugar favorito de celebridades donde sirven unos magníficos tallarines con champiñones y trufa de verano por 30 libras esterlinas (US$39).

Se sentó, bebió un poco de agua y miró alrededor del lugar. Olfateó el aire y lamió su nariz.

Esta es la realidad: Fergus es un bull terrier Staffordshire y aunque los caninos tradicionalmente han sido bienvenidos en los pubs rurales del Reino Unido, cada vez es más común verlos en restaurantes como Daphne's en Londres y en terrazas gastronómicas desde Nueva York a California.

Daphne's es el lugar más reciente en admitir perros, comenzaron el mes pasado con almuerzos y solo en la sección multipropósito del comedor. En la primavera de Estados Unidos, el Departamento de Salud de la Ciudad de Nueva York emitió nuevas normativas que permiten la presencia de perros en espacios externos de los restaurantes. Después de que California aprobara una ley similar hace dos años, sus restaurantes colocaron recipientes con agua, soportes para correas y otras comodidades para los perritos, informó la Asociación de Restaurantes de California.

"Es muy gratificante cuando las personas dicen que pueden salir a comer más seguido porque recibimos a los perros", dijo Jeremy King, copropietario de varios restaurantes londinenses que abrieron sus puertas a los canes, como la brasserie Bellanger, Colbert y el American Bar del hotel Beaumont.

Los temores relativos a la salud y la seguridad son exagerados, dijo la Dra. Lisa Ackerley, catedrática asociada de la Royal Society para la Salud Pública y asesora de seguridad alimentaria de la Asociación Británica de Hostelería.

"Es un mito", dijo. "Si no están en la cocina, no pueden contaminar la comida que está en preparación y en un comedor no representan un riesgo mayor que los seres humanos".

Las normativas europeas señalan que los perros deben mantenerse alejados de "lugares donde se prepara, manipula o almacena comida". En otras palabras, los canes están prohibidos en las cocinas, pero no en los comedores. En Estados Unidos, los perros usualmente son menos bienvenidos que en Europa. La Administración Nacional de Alimentos y Fármacos recomienda prohibir la presencia de perros que no sean lazarillos en establecimientos de comida, pero la decisión final está en manos de las autoridades estatales y locales, que difieren en sus apreciaciones.

"Las personas son antihigiénicas", dijo Ackerley. "¿Cuántos se sientan y comienzan a tocar la comida sin siquiera lavarse las manos? Si estamos preocupados por la higiene, deberíamos preocuparnos de nosotros mismos".

Brian Clivaz, propietario de L'Escargot en Londres, intenta que sus restaurantes hagan sentir como en casa. Y eso incluye acoger a los perros.

"Todo buen hogar o castillo tiene un perro", dijo Clivaz. "Les servimos comida a pedido. Solo la más fina, por supuesto".

El chef Daniel Boulud pretende crear una atmósfera acogedora para los perros en sus refinados restaurantes Café Boulud y Épicerie Boulud. "Afuera siempre tenemos recipientes con agua para los perros", dijo. "No queremos que coman ahí, solo queremos que beban un poco de agua en su camino al parque".

La aproximación de los perros a los comedores del Reino Unido y Estados Unidos se asemeja a lo que sucede en Francia, donde la única atención que estas mascotas reciben en los restaurantes es el cariño.

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