Redacción Gestión

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Cuando Al Capone adquirió la mansión localizada en Palm Island (Miami), le pagó US$ 40 mil a uno de los herederos de Budweiser. Desde entonces, a partir de 1928, específicamente, la se convirtió en centro de operaciones de uno de los más gigantescos imperios del crimen pero, además, fue la última morada del gángster.

El palacete de estilo español cuenta con siete dormitorios, cinco baños, una casa de invitados, una playa privada con vistas a la bahía y una piscina rematada con un espectacular porche.

Hoy el recinto ha sido puesto en arriendo por los inversores inmobiliarios de MB America para grabaciones de TV, cine y publicidad. Ello luego de que en febrero de 2014 fuera vendido por en US$ 6,7 millones.

La fortaleza de Al Capone, que simboliza el enorme poder que adquirió años antes de su detención en 1931, puede ser arrendada por quien la desee. Por el momento, cualquier persona puede visitarla previa cita.

EN CORTOEnclave ideal. Al Capone adquirió dicha mansión por su ubicación estratégica. Tal como menciona el portal español ABC, por el sur de Florida entraba buena parte del alcohol que vendía ilegalmente en diferentes puntos de Estados Unidos.