FOTO 10 | 314.- YAZEED AL-RAJHI (SAU) - Mini 4x4. Capaz de lo mejor y de lo peor. Es el vigente campeón del rally de la Ruta de la Seda y del rally de Kazajistán. Sin embargo, sus cuatro incursiones previas en el Dakar fueron decepcionantes, con dos abandonos y dos veces fuera de los diez primeros.
FOTO 10 | 314.- YAZEED AL-RAJHI (SAU) - Mini 4x4. Capaz de lo mejor y de lo peor. Es el vigente campeón del rally de la Ruta de la Seda y del rally de Kazajistán. Sin embargo, sus cuatro incursiones previas en el Dakar fueron decepcionantes, con dos abandonos y dos veces fuera de los diez primeros.

334 vehículos, 534 pilotos y copilotos, 10 etapas, 5,000 kilómetros y un solo país: el arranca el lunes en Lima (Perú), una 41ª edición 100% arena que se aventura particularmente exigente y selectiva.

"Con la arena, nos sumergimos en el corazón del ADN del Dakar. El origen, la mitología del Dakar, es el Sahara, sus dunas, sus grandes paisajes de arena...", destacó el director de carrera, Etienne Lavigne, durante la presentación del recorrido.

"Prometen ser diez días extremadamente exigentes para todos los competidores porque será más corto, más difícil y más exigente porque hay menos tiempo para marcar las diferencias", agregó.

La 41ª edición del Dakar se celebrará por primera vez en un solo país. Esto se debe, entre otras cosas, a las políticas de austeridad que afectan a América del Sur. Fuera quedaron Bolivia y Argentina (2018), Paraguay (2017) o Chile (2015)... solo Perú permaneció fiel al célebre rally.

Para ganar en Lima el 17 de enero, después de 3,000 kilómetros de etapas especiales, se requerirá fortaleza: de Stéphane Peterhansel a Carlos Sainz, pasando por Nasser al-Attiyah o Nani Roma y Cyril Despres o Giniel de Villiers, la mayoría de Los ganadores recientes estarán en la línea de salida.

Sin olvidar, por supuesto, la máxima atracción del rally en su versión 2019: Sebastien Loeb, nueve veces campeón del mundo de rallyes, que se enfrenta a su cuarto Dakar.

Noveno en el 2016, segundo en el 2017, el alsaciano se vio obligado a retirarse el año pasado, quedándose plantado en el desierto peruano en la quinta etapa.

Se reencontrará pues este año con las dunas del país de los incas, aunque sin aprehensión.

"No nos fue mal, en realidad, especialmente al principio. Estábamos en un buen ritmo, pero no tuvimos suerte: nos quedamos plantados", reveló.

"La arena no es necesariamente mi superficie favorita. Sé que no es para mi punto fuerte", reconoció el francés de 44 años, quien regresa como piloto privado y con el sueño de convertirse en el primer independiente en ganar desde Jean-Louis Schlesser en el 2000.

KTM, rival a batir

Una cosa es segura: las dunas ejercerán de jueces.

"La arena puede gustar o disgustar. Para mí, es el espíritu del rally, de la navegación... en un desierto completamente abierto con muy pocas pistas", explicó Stéphane Peterhansel, quien enfrenta su 30º Dakar.

"Habrá muchos sobresaltos, el que cometa menos errores terminará en el podio porque es difícil hacer un Dakar completo en Perú sin caer en las trampas", agregó el 13 veces ganador de la prueba.

En la categoría de motocicletas, las dunas pronto separarán a los muchos contendientes de los pretendientes.

KTM, invicto en el Dakar desde el 2000, es el equipo a batir, pero el fabricante austriaco contrarrestará cualquier ataque con Matthias Walkner, Sam Sunderland y Toby Price.

Son, simplemente, los últimos tres ganadores. Los franceses Adrien van Beveren y Xavier de Soultrait, ambos en Yamaha, también cuentan con opciones de triunfo.