De acuerdo a datos de Bloomberg, la taquillera costó US$ 650 millones, de los cuales propiamente la producción demandó US$ 150 millones, US$ 90 millones puestos por Alcon Entertainment – de Fred Smith, fundador de Fedex – y otros US$ 60 millones que fueron abonados por Sony Corp.

No fueron los únicos que participaron en la película. Dado que también participó como productor Frank Giustra, creador de Lionsgate Entertainment, un empresario minero de Canadá que es además uno de los más íntimos del expresidentes de los Estados Unidos, Bill Clinton.

En la cinta aparecen además varias marcas como Diageo, Atari, Peugeut o Sony. Esta última empresa declinó explicar los criterios que se usaron para elegir los placements y tampoco dieron cifras de cuánto cobraron por ello.

Hay algunas apariciones muy sorprendentes. Por ejemplo, el automóvil del caza-replicante K (Ryan Gosling) es de Peugeot, que paródicamente no es masiva en Estados Unidos. De acuerdo a la empresa, esté es un vehículo futurista imaginado para el filme.

La firma gala no explicó el por qué prestó la marca para la película ni tampoco se optó por un incluir un modelo que no se vende en Estados Unidos, aunque distintos estrategas publicitarios estiman que el mercado al que apuntan es Asia, en especial, China.

Otra marca que aparece en la , es Johnnie Walker, que además colaboró con el director Denis Villeneuve en crear una edición limitada de un selecto destilado, el Johnnie Walker Black Lable The Director´s Cut, como homenaje al director de la primera cinta, Ridley Scott, que introdujo en esta película, ambientada en 2019, un Johnnie Walker Black en una botella geométrica.