Contribución. Navarro es además creador del primer restaurante temático de caballo de paso.
Contribución. Navarro es además creador del primer restaurante temático de caballo de paso.

Después de 20 años como chalán maestro entrenador y más de mil caballos de paso domados, Jorge Navarro asegura que el rol como reivindicador del equino aún se debe modernizar. Por lo pronto, los espectáculos ya no son la única forma de acceder al público. A través de la televisión, la música y los libros, Navarro planea conquistar a nuevos espectadores.

¿Qué es lo más difícil de su labor?
Siempre se dijo que quien tiene un caballo es gente de dinero, pero no es un lujo. Un caballo peruano de paso puede costar hasta US$ 30 mil si ganan concursos, pero también se consiguen a S/ 3 mil.

¿Considera que es un tipo de entretenimiento accesible?
Se ha creado otra forma de rentabilizar el negocio, que es través de las pensiones. Si no tienes el sitio para cuidar al caballo, puedes pagar por mes S/ 500, que es lo que se puede gastar en una botella de whisky, y lo puedes visitar cuando desees.

¿Cuál es el potencial del caballo peruano de paso en el mercado?
El caballo peruano de paso es considerado la silla más suave del mundo. Es embajador silencioso porque está en 18 países.

¿Qué tan requeridos son los chalanes en el extranjero?
Encuentras asociaciones de nuestro caballo en Argentina, Chile, Ecuador, todo Centroamérica, hasta Canadá. En el Perú somos exportadores de chalanes. Ellos van a enseñar cómo entrenar. Además, tenemos chalanes de trabajo que cuidan a los potros y de shows que los exhiben.

¿Es rentable su profesión?
El sueldo de un maestro entrenador está entre S/ 5 mil y S/ 6 mil mensuales, pero solamente dedicándose a ello. Esto se ha popularizado y ha creado otros puestos de trabajo en artesanía y moda. Es una nueva unidad de negocio que viaja por el mundo.

¿Cómo reconoce al caballo indicado para los espectáculos?
Un buen caballo debe ser funcional y hacer algo distinto. Se debe saber buscar la ventaja de cada uno.

¿Cómo cuáles?
Los rapidísimos van para la marinera limeña: participan dos caballos y uno tiene más espacio para exhibirse al público. También tengo uno que, al hacerle un gesto, levanta la pata delantera para llamar a la gente. Otro se levanta en dos patas cuando escucha un momento en particular de la marinera.

¿Cuánto tarda en entrenarlos para las exhibiciones?
Alrededor de seis meses. Los caballos hacen shows hasta los 18 años, en promedio.

¿Y cuál es la desventaja de su trabajo?
A veces los entrenadores hacemos al caballo, el dueño gana y él se lleva el mérito. Por eso también pasa que no conocen las mañas del animal y en pleno concurso los botan. Por ejemplo, si el caballo tira sus orejas para atrás, está molesto y si las tira hacia adelante, está alerta.

¿Ha ganado competencias?
He entrenado los caballos con los que han concursado mis hijos. Mi hija Antonella es pentacampeona.

¿Cómo atraer a las nuevas generaciones como espectadores?
El tema es agotador, yo lo he percibido. Es como una cabalgata, la gente a los 30 minutos está cansada. Entonces, vamos a sacar un recopilatorio de diez autores que han dedicado literatura al equino. El caballo de paso es como Machu Picchu y deberíamos inculcar sobre él desde el colegio.

¿La televisión le da la oportunidad de masificar los eventos?
A la gente no le interesan los concursos, a los privados asisten alrededor de 300 personas. En el programa (de televisión) que tenemos vamos enseñando a nueva gente dónde debe ir a verlos. Es una joya que todos los peruanos pueden tener.

¿A qué otros recursos recurre para divulgar la historia detrás?
Por ejemplo, los mexicanos y colombianos tienen muchas rancheras dedicadas a sus caballos. Nosotros solo teníamos dos canciones, la de José Antonio y la de Alicia Maguiña. Por eso, lanzamos el primer disco dedicado a la raza caballar con 13 temas que incluye una marinera norteña de Lucy Mantilla que se llama “Caballo peruano de paso”.